El punto ciego de la anticorrupción
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El pequeño y vibrante ecosistema mexicano de la anticorrupción está lleno de eventos, foros y encuentros. Los hay nacionales, estatales y municipales; académicos y corporativos; súper técnicos, técnicos y menos técnicos. Pero el viernes 29 de marzo en la Ciudad de México, en mi opinión, se organizó el hasta hoy más relevante conversatorio sobre los dilemas éticos del día a día: la Conferencia Internacional de Ciencias del Comportamiento y Políticas Públicas.
En una mañana sustanciosa y de formato muy ágil, expertos nacionales e internacionales compartieron anécdotas y datos sobre cómo las ciencias de la conducta están tratando de ayudar a la gente a tomar, por ejemplo, mejores decisiones en materia de ahorro para el retiro, salud y, por supuesto, corrupción. Un concepto que me movió el tapete gacho fue “el punto ciego”.
Margarita Gómez, del Laboratorio Nacional de Políticas Públicas, parte del CIDE, expuso una diapositiva en la que se leía lo siguiente: “los individuos tienden a tener una atención limitada a las consideraciones éticas (puntos ciegos), por lo tanto, situaciones poco claras pueden llevarlos a tomar decisiones poco éticas”. La propia Margarita daba la referencia del autor de este concepto, el profesor de Harvard, Max Bazerman.
Los puntos ciegos aparecen sin darnos cuenta. Vamos manejando y de la nada, pum, otro coche nos pega, no lo vimos venir, nuestro punto ciego no lo advirtió, no reaccionamos y entonces creíamos que no corríamos peligro. En el fútbol americano hay un jugador responsable de cubrir el punto ciego del mariscal de campo. Si él falla, muy probablemente su protegido corra peligro y por añadidura el equipo también.
En materia de ética cotidiana, la corrupción se clasifica en pequeña y grande. La grande, nos indigna. La pequeña, por el contrario, es tolerada por su “insignificancia”, transita calmada sin marcaje personal, camuflada por otras “insignificancias” a las que, como concluyen Gómez (del CIDE) y Bazerman (de Harvard), les ponemos una “atención limitada”.
El pequeño y vibrante ecosistema anticorrupción mexicano, tengo la impresión, repasa una y otra vez en eventos, foros y encuentros los temas más evidentes, urgentes y trascendentes. Pero, ¿y los puntos ciegos? ¿Quién los analiza? ¿Cuáles son estos puntos ciegos en materia de control anticorrupción?
Francisco Michavila
Desarrolló el Museo Itinerante del Pensamiento Corruptor y genera contenidos sobre cumplimiento
@fmichavila
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