Ella no es una diosa

Madonna, la famosa cantante estadounidense nacida hace 60 años en Bay City, Michigan, ha sido un referente de la música pop a nivel internacional desde los años 80 del siglo pasado. Su agudo instinto para vender exitosamente su propuesta musical, aunado a la asombrosa capacidad de transformación y adaptación de la que siempre ha hecho gala, la han convertido en una leyenda viviente. Su nombre ya está escrito en el libro de la Historia Musical del Mundo.

Es un hecho, patente y verídico, que hay mujeres con mejor voz que Madonna, o con mejor calidad interpretativa. Algunas otras hacen propuestas mucho más vanguardistas, como es el caso de Björk. Y es posible que, bajo ciertos estándares, haya otras cantantes más hermosas que la intérprete de Vogue. Sin embargo, ninguna de ellas ha alcanzado los niveles de popularidad y el éxito comercial que Madonna tiene. Esto es innegable.

Como lo he dicho líneas arriba, es verdad que Madonna se vende como nadie y se adapta mejor que un camaleón. Pero eso no es todo, su agradable color de voz, un tipo físico que sigue siendo el estándar privilegiado de Occidente y su bien calculada irreverencia, son las características que la ponen por encima de cualquier otra. Por si fuera poco, gracias a que es practicante de Cábala desde hace muchos años, ha podido mantenerse enfocada, equilibrada y poderosa.

Esto último podría parecer poca cosa pero basta ver la historia de Michael Jackson, Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Elvis Presley, Kurt Cobain y Amy Winehouse, por mencionar sólo algunos de quienes se destruyeron a sí mismos, para descubrir que el principal mérito de Madonna es seguir viva. Y, además en una carrera activa. A muchos no les gustó la reciente invitación que Madonna hizo a Maluma para cantar con ella. Sin embargo, lo que el mundo entero no parece dispuesto a perdonar a Madonna es su más reciente actuación en Tel Aviv, dentro de la versión 2019 de Eurovisión, la famosa competencia de canto.

En esta ocasión, ella interpretó su famoso tema “Like a Prayer”, rodeada de bailarines caracterizados como monjes y una espectacular escenografía como es su costumbre. Para después cerrar con su nuevo sencillo “Future”, de su próximo álbum “Madame X”. Pero ocurrió algo que nadie esperaba. Debido a que todos conocemos segundo a segundo el tema “Like a Prayer”, resultó muy abrumador escuchar a Madonna desafinar y cometer muchos errores de interpretación. Como si de un pésimo karaoke se tratara.

De inmediato me puse en contacto con Miguel Almaguer, un gran músico mexicano quien actualmente está de gira internacional como director de orquesta de los tres tenores y el barítono de Il Divo quienes están ofreciendo su “Timeless Tour”. En primer lugar, Miguel dice que estamos acostumbrados a que los temas de Madonna, y de cualquier otro, están grabados con tantos arreglos y ajustes que nos hemos acostumbrado a estándares irreales. Casi inhumanos. Es decir, lo que escuchamos en nuestros dispositivos electrónicos, ninguna persona podría interpretarlo en vivo.

Además dice que, si acaso el personal de Madonna hizo un mal trabajo de monitoreo (el sonido que ella recibe en su oído), ella podría no haber escuchado bien la música. Por otro lado, continúa Almaguer, hay factores físicos. Si la intérprete traía los oídos inflamados por haber viajado recientemente en avión, o su garganta no estaba en óptimas condiciones, son elementos que pudieron haber comprometido su actuación. Así que, al ver los videos de Eurovisión en YouTube donde Madonna desafina, lo mejor será pensar en ella como un ser humano, no como una diosa inmortal de la música.