Ellos son los 'sangre sucia', estudiantes que sufren discriminación en la UAdeC
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Alumnos que ingresan a la UAdeC por medio de la revalidación son excluidos, insultados y hasta agredidos
A veces es un tormento ir a clases”, cuenta Pablo, un estudiante de la Universidad Autónoma de Coahuila que ha sido discriminado, excluido por sus compañeros de clase, insultado verbalmente y hasta agredido físicamente. Su único pecado: no haber aprobado un examen de admisión.
Diversas escuelas y facultades de la UAdeC ofrecen, para el ingreso de nuevos alumnos, el método de revalidación. Es decir, aquellos que no aprobaron o ni siquiera presentaron el tradicional examen de admisión, cursan su primer semestre en una escuela privada y para el segundo semestre pueden ser admitidos con la homologación de por lo menos tres materias.
El Consejo Directivo de cada facultad tiene la atribución de definir al número de alumnos que van a entrar como “revalidantes” en los semestres que inician en enero y estos tienen que presentar un examen de conocimientos, contar con un buen promedio en su universidad de procedencia, que el plan de estudios sea homologable y finalmente sostener una entrevista con el director de la facultad de su interés.
A todos los estudiantes que ingresan a la UAdeC por medio de la revalidación, se les conoce como los “sangre sucia”, un término que hace referencia a la obra de Harry Potter, donde las familias de “sangre pura” usan ese adjetivo para denigrar a los hijos de los “muggles”, aquellos que no llevan las habilidades mágicas en sus genes.
En los últimos años, en algunas facultades de la UAdeC en Saltillo ha tomado cada vez más fuerza el término para llamar a los revalidantes como un acto de discriminación por el simple hecho de no haber ingresado por el mecanismo del examen de admisión.
BULLYING
Los “sangre sucia” son excluidos inicialmente en el salón de clases. Sus compañeros no les pasan los apuntes de clase, no son contemplados para los trabajos en equipo, son objeto de burla cuando emiten una opinión y en los casos más extremos, son agredidos verbalmente y físicamente.
“Aun cuando resulten ser los mejores de su salón académicamente, siempre llevan esa etiqueta, son discriminados por el simple hecho de no haber entrado a la escuela por el método tradicional del examen de admisión”, detalló una fuente anónima.
Fuera del aula, tampoco suelen ser incluidos en las actividades extracurriculares, en los recesos están apartados del resto del grupo y en algunas ocasiones son agredidos a golpes por sus compañeros.
Pese a que el número de “revalidantes” varía cada semestre, en promedio son mil 500 alumnos que ingresan a la institución anualmente bajo ese método entre preparatoria y nivel profesional, por lo que todos ellos están sujetos a ser discriminados por compañeros y hasta por sus maestros.
“Por increíble que pueda parecer, también hay maestros que se prestan a esta situación y es algo muy lamentable. Es difícil señalar cifras porque varía cada semestre y no sé si dé en todo el estado, pero en algunas facultades de Saltillo entran 10 ó 15 revalidantes y en un universo de 90 alumnos totales”, comentó la fuente allegada a la UAdeC.
La problemática se registra principalmente en facultades de Saltillo. Jurisprudencia, Sistemas y Ciencias Químicas tienen registrados diferentes casos de discriminación entre los alumnos por diferencias en sus métodos de ingreso.
EL TESTIMONIO
Pablo es uno de ellos. Por una confusión en las fechas no presentó el examen de admisión de la UAdeC, inició el primer semestre en una escuela privada y en enero del 2014 tuvo su primer día clases.
“Desde el primer día de clases, antes de saludarme mis compañeros me dijeron que me cuidara, que me fuera acostumbrando a ser insultado y excluido porque así iba a ser toda la carrera, que no tenía voz ni voto en el salón por ser ‘sangre sucia’ y me acuerdo que todos se rieron, hasta el maestro. Pensé que se trataba de una broma”, relató.
Un día Pablo no pudo ir a clases por un asunto familiar, y pidió a sus compañeros que le pasaran todos los apuntes que se vieron ese día, pero se negaron. Acudió directamente con su maestro y tampoco quiso proporcionarle la información por ser revalidente.
En el salón de Pablo hay otras cinco personas en la misma condición, que son tratados exactamente de la misma manera. Si alguien se copió en un examen, seguramente fueron los “sangre sucia”, si se descompuso el aire acondicionado, tuvieron que haber sido de ellos, es la lógica que sigue el resto de salón.
La experiencia de Pablo llegó a su límite cuando chocó, sin querer, hombro con hombro con uno de sus
compañeros. “¿Qué te pasa pin... ‘sangre sucia’?”, recuerda que le gritaron y enseguida los golpes. Él se defendió, pero actualmente todavía tiene en la frente la cicatriz de ese desencuentro.
“Probablemente en ese momento la pelea no fue por lo de ‘sangre sucia’, sino porque chocamos con los hombros, pero toda esa carga que yo traía por cómo me tratan, me hizo explotar y respondí a los golpes, a nadie le gusta ser maltratado”, recuerda.
Aunque ha pensado en renunciar, en salirse de la escuela, buscar suerte en otro lado, meterse a trabajar y cualquier posibilidad que le pasa por la cabeza, siempre recula, piensa que eso sería darles la razón a sus compañeros. Más que aceptar las condiciones en que es tratado, Pablo trata de sobrellevarlas.
Incluso, los revalidantes de las diferentes facultades ya se llaman a sí mismos los “sangre sucia”, hacen grupos de WhatsApp entre ellos y lo toman como una broma.
Tanto él como sus compañeros ya han denunciado la situación ante directivos de su facultad, pero hasta la fecha nadie ha sido sancionado, pues el Consejo les pide pruebas de las agresiones recibidas, las cuales no han podido obtener.
LA UNIVERSIDAD SABE DEL PROBLEMA Y… ¿ACTÚA?
Directivos de la universidad están enterados de los “sangre sucia”, conocen la problemática, pero hasta ahora no se tiene registro de sanciones por estos casos. La catedrática de la Facultad de Jurisprudencia especialista en Derechos Humanos, Irene Spigno, señaló que los casos de discriminación en la institución pueden acarrear la expulsión de los alumnos.
La doctora Spigno tiene dos años trabajando para la UAdeC y ya conoce a fondo la problemática. Asegura que se debe a un sentimiento de superioridad que no se debería de tolerar.
“Es discriminatorio, es ofensivo, es algo que no se debería de tolerar. Es el sentirse más fuerte, más legitimados por haber entrado a la escuela de manera directa. Es algo inexplicable porque aquí todos los alumnos son iguales, los maestros no debemos de distinguir entre los que pasaron por examen de admisión y los que entraron por revalidación”, asegura la experta en el tema.
La docente indicó que ella ha detectado diversos casos de discriminación al interior de la institución: por el género, por las preferencias sexuales y por la diferencia en el método de ingreso a la institución.
En los últimos años, en Jurisprudencia se han registrado diversas denuncias tanto en la Secretaría Académica como directamente con los maestros sobre los incidentes generados a raíz de los “sangre sucia”, sin embargo no se tienen antecedentes de violencia física o de la expulsión de alumnos por esa razón.
¿PROBLEMA ATENDIDO?
“Yo ya he puesto varias denuncias, pero se han quedado en el tintero, no han prosperado. Yo le pediría a las autoridades, al rector en este caso, que tome cartas en el asunto, él ya está enterado de esta situación y desde mi punto de vista no se ha hecho nada para arreglarlo”, dijo Pablo.
A DETALLE
> Los estudiantes que ingresan por medio de la revalidación son señalados como los “sangre sucia”.
> El término hace referencia a la obra Harry Potter, donde las familias de “sangre pura” usan ese adjetivo para denigrar a los hijos de los “muggles”, que no llevan las habilidades mágicas en sus genes.
> Tampoco suelen ser incluidos en las actividades extracurriculares, en los recesos están apartados del resto del grupo y en algunas ocasiones son agredidos a golpes por sus compañeros.
¿PROBLEMA ATENDIDO?
> La Secretaría Académica de cada facultad es la encargada de recibir todas las denuncias de alumnos que son discriminados por su método de ingreso a la institución.