EN LOS PRINCIPIOS AMOROSOS LOS DESENGAÑOS PRESTOS SUELEN SER REMEDIOS CALIFICADOS
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El Quijote II, 46
Una de las burlas que los Duques hacen a don Quijote consiste en ordenar a una doncella a su servicio, de nombre Altisidora, finja estar profundamente enamorada del caballero manchego, quien cree el engaño aunque no cae en él por la fidelidad que le guarda a la señora de sus pensamientos, Dulcinea del Toboso.
En cierta ocasión, pasaba don Quijote por una galería del castillo de los Duques, donde Altisidora lo esperaba acompañada de otra doncella amiga suya. En cuanto “Altisidora vio a don Quijote, fingió desmayarse” y con gran presteza su amiga le iba a desabrochar el pecho y llegando el caballero le dijo a ésta: “Ya sé yo de qué proceden estos accidentes”.
La mujer le pregunta entonces de qué proceden, pues ella lo desconoce y sólo sabe que Altisidora es la “doncella más sana de toda esta casa”. Luego agrega: “Mal hayan cuantos caballeros andantes hay en el mundo, si es que todos son desagradecidos. Váyase vuesa merced, señor don Quijote, que no volverá en sí esta pobre niña en tanto que vuesa merced aquí estuviere”.
“A lo que respondió don Quijote: Haga vuesa merced, señora, que se me ponga un laúd esta noche en mi aposento, que yo consolaré lo mejor que pudiere a esta lastimada doncella, que EN LOS PRINCIPIOS AMOROSOS LOS DESENGAÑOS PRESTOS SUELEN SER REMEDIOS CALIFICADOS”.
Los desengaños amorosos, como el que finge Altisidora, considera don Quijote que pueden ser remediados rápidamente. Así, pide le pongan un laúd (instrumento musical de cuerdas muy popular en España en aquella época) y con “voz ronquilla, aunque entonada”, don Quijote canta a Altisidora un “romance, que él mismo aquel día había compuesto” y que Cervantes transcribe.
@jagarciavilla
