Enfrentan estudiantes de Coahuila retos de conextividad a la internet
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No todos los alumnos tienen conexión a la internet, mucho menos un equipo de cómputo
La educación a distancia cobró protagonismo en medio de la crisis por el COVID-19; en México millones de estudiantes se vieron obligados a adaptarse al modelo de Educación en Casa, como medida para hacer frente a la pandemia, por lo que niñas, niños y jóvenes no acuden a las aulas desde hace más de dos meses.
La emergencia sanitaria derivada de la nueva cepa del coronavirus puso en jaque al sistema tradicional de enseñanza, ya que al ser presencial complicó la continuidad del ciclo escolar, aunado a la desigualdad en el acceso a la tecnología y el internet.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), en México hay 18.3 millones de hogares que disponen de internet mediante conexión fija o móvil, apenas un 52.9% del total nacional.
Aunado a ello, muchos alumnos, universitarios principalmente, se vieron obligados a regresar a sus lugares de origen para ahorrar en rentas, comidas y servicios, y así ayudar a la economía familiar a mitigar los efectos económicos del COVID-19.
LA INTERNET HACE LA DIFERENCIA
Un ejemplo de ello son Alexis y Juan Pablo, ambos alumnos de la Universidad Agraria Antonio Narro, que continúan su educación a 162 y 696 kilómetros respectivamente; ambos con la misma meta: cumplir satisfactoriamente su semestre aunque con realidades muy distintas.
Alexis Martínez cursa el segundo semestre de la carrera de Ingeniero Agrónomo en Horticultura, y desde hace dos meses continúa sus clases a través de su celular, porque en el ejido al sureste de Coahuila, de donde es originario, y que se ubica a casi 200 kilómetros de la Universidad, no llegan las líneas telefónicas ni de internet.
“Continuar con las clases es un poco difícil porque yo vivo en un rancho, yo no tengo conexión a internet y tengo que poner recargas a mis hermanas para poder conectarme y poder mandar las tareas a mis maestros”, cuenta.
“La mayoría de los maestros se ha adaptado a las necesidades que nosotros como estudiantes tenemos, por decir no nos piden tomar clases en línea, lo que nos piden son proyectos de investigación para trabajarlos en una semana y después debemos enviárselos”, añade.
Caso distinto es el de Juan Pablo, alumno de la carrera de Ingeniería en Agronomía con Especialidad en Parasitología, quien a pesar de estar al triple de distancia que Alexis, cuenta con acceso a internet y ha podido continuar con sus clases virtuales, incluso a través de la plataforma Zoom.
Juan Pablo, quien regresó a su natal estado de Jalisco, asegura que contrario a su compañero ha llevado clases con sus maestros una vez por semana frente a un monitor para exponer y resolver las dudas que han surgido durante la cuarentena.
Ambos alumnos complementan las actividades que los maestros les asignan, con lecturas y seguimiento a los temas que antes llevaban en clases, pero coinciden en el deseo de regresar a las aulas y tener retroalimentación, tanto de maestros como de compañeros.