Están doblando por ti
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Cabe la pregunta, la dolorosa pregunta y una dolorosa respuesta también: “¿Por quién doblan las campanas?”. Están doblando por ti, por mí, por todos nosotros.
Los recientes accidentes automovilísticos ocurridos en nuestra ciudad, que han cobrado víctimas mortales han enlutado a Saltillo. Nos han dejado en silencio. Han dejado una estela de tristeza y una atmósfera de desaliento y desesperanza. Son ellos, los jóvenes fallecidos la semana pasada; son los que en accidentes similares han muerto también en los últimos meses. Víctimas de la velocidad, víctimas del alcohol; víctimas de un sistema de vigilancia deficiente y de una sociedad que sigue jugando un inexplicable papel de testigo mudo.
Víctimas de un tiempo que privilegia ciertos tópicos y vuelve el de la vida uno banal, superficial, de poca importancia. Víctimas del olvido.
Hemos de volver a poner el tema en discusión. Hemos de volver a reflexionar sobre lo que está ocurriendo en la ciudad. En su columna del domingo anterior, en nuestro periódico, Jesús H. González hizo un recuento del número de personas fallecidas por percances viales en la entidad de 2015 a 2017. El número es escalofriante: 750. “Cada vez que hay una tragedia, la ciudad se conmociona; las autoridades prometen medidas”.
Sí, totalmente de acuerdo.
Quien esto escribe tuvo necesidad de circular por el bulevar José Musa de León, al norte de la ciudad, el sábado 3 por la noche, hacia las 10:00. Un grave silencio ensombrecía la avenida. Un silencio que se palpaba en el ambiente; los autos, pocos de ellos, considerando que se trataba de fin de semana, transitaban con velocidad evidentemente moderada. La mayoría, como pocas veces, con precaución y siguiendo las indicaciones dadas por los semáforos.
Pero esto que vi el sábado pasado no es práctica usual en Saltillo. A la mañana siguiente, domingo 4, en uno y otro momento distintos, las vías de Jesús Valdés Sánchez y de Venustiano Carranza, de nuevo se vieron invadidas por los automovilistas irrespetuosos de las señales de tránsito, aventurándose a cruzar con el semáforo en luz roja o con peatones frente a sí. De nuevo, y en pocas horas, la desmemoria.
Y así a lo largo del domingo y en lo que va del lunes. “Todo se olvida hasta el próximo accidente”, señala con razón el columnista Jesús H. González.
No podemos seguir esperando. Urge que se tomen medidas y en ello involucrar a la sociedad en su conjunto: padres de familia, hijos, empleados, choferes de rutas urbanas, maestros, universidades, dueños de los propios centros en donde se expenden los licores, autoridades municipales y estatales.
Las universidades juegan también un papel importante. En ellas, la posibilidad de señalar propuestas, de hacerse presentes en un tema que ha afectado a miembros de las propias instituciones. Esperaríamos de los centros de estudios ideas para tratar de dar solución a esto.
Recordamos aquí la campaña aquella que se lanzó hace tiempo que invitaba a dejar las llaves del coche en manos de quien no había bebido: el llamado “Conductor Designado”. Ayer, lo informó VANGUARDIA, el bar “Don Quijote” anunció el programa “Cuídate. Te queremos ver otra vez”, promoviendo la figura de conductor designado.
A ellos se agregarán, informó Alejando Noriega Guevara, el bar “Rock Star” y “El Cerdo de Babel”. Esperamos la suma de los establecimientos de la misma naturaleza en acciones concretas como esta.
De las autoridades, por otra parte, esperaríamos implementen de manera decidida y efectiva el alcoholímetro en la ciudad. Esto, y el regreso de las fotomultas podrían ser acciones que cambiaran el panorama trágico de lo que estamos viviendo los saltillenses.
No podemos, una vez más, dejar todo esto en el olvido.
Un abrazo afectuoso
Al maestro Arturo Berrueto González y su familia por el sensible fallecimiento de su hijo, Arturo Berrueto Córdova. Desde aquí nuestro pésame al gran amigo, distinguido y querido miembro de nuestra comunidad.