Fondo y forma (3)
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A México siempre se le ha visto como “el hermano mayor” en Latinoamérica. Nuestro País es querido y respetado en el concierto de las naciones del continente americano. Cuando se trata de futbol, por muchos años México fue el “gigante de la Concacaf” o el “gigante de Centroamérica”. No más. En futbol soccer se administra la derrota para seguir entreteniendo a las masas de aficionados los fines de semana y cuando juega la Selección del País con su camiseta verde. Es negocio; no hay nada de pundonor, decencia, honradez y valor en defender el color de la playera. Siempre se pierde. Así de sencillo, lejos estamos ya de ser el “gigante de Centroamérica” en materia de futbol soccer. Lejos estamos ya de ser antes los nombrados como “el hermano mayor de nuestros hermanos del continente”, no más.
El presidente de México, aprendiz de dictador, Andrés Manuel López Obrador, nos ha puesto, y sólo en cuestión en 60 y tantos días de su mandato, del lado de los… perdedores. Del lado de los avestruces, del lado de las reses y los puercos, los cuales jamás, jamás miran el cielo ni tienen esperanzas. AMLO, escudado en la ya muy superada “Doctrina Estrada” se alineó del lado de la Venezuela represora de Nicolás Maduro. Usted lo sabe, él y su equipo simpatizan con Cuba, (Miguel Díaz-Canel), Nicaragua (Daniel Ortega), Bolivia (Evo Morales), Rusia (Vladímir Putin)… es decir, con la más pura y repudiada dictadura y sin derecho a la libertad de expresión. Hoy, justo hoy cuando deben de respetarse y fortalecerse los lineamientos democráticos, la libertad, la crítica, los derechos humanos, la participación; hoy, justo hoy y en un mundo globalizado, AMLO se alinea en su política exterior del lado de los dictadores. Él mismo, un aprendiz.
Los pasivos se van apilando en la agenda y el escritorio presidencial. Los activos cada vez más, se van achicando o desapareciendo. Todo, conforme se avanza en la errática manera de gobernar de un solo hombre. A los anteriores mandatarios aquí nombrados no les gusta la crítica. Como a López Obrador. Sus reacciones en sus conferencias de la mañana (las cuales son insustanciales) en contra de los señalamientos de periodistas, de políticos y medios de comunicación, son por lo general, para descalificar a los “opositores” como él les llama. Lenguaje de odio y rencor, aún hoy sólo señalando culpables atrasados, no ellos. La viga en el ojo ajeno. Fue lo que pasó cuando se dieron a conocer las cifras de violencia y asesinatos de su primer mes de gobierno, diciembre. Cuando un diario de la Ciudad de México (Reforma) publicó a ocho columnas el dato de que en la administración de AMLO se había superado el índice de homicidios y violencia, con respecto al mes anterior de Enrique Peña Nieto... dijo no ser cierto, pero jamás aportó ningún dato para contradecir lo de la prensa.
Esquina-bajan
Lo bien cierto es lo siguiente ya debidamente analizado y cotejado: en el primer mes de AMLO al frente del País, crecieron los homicidios y la violencia un 5.7 por ciento en comparación con el último mes del reinado de Peña Nieto. Fueron asesinados en el País 2 mil 842 seres humanos en las 32 entidades de México. De este análisis también se desprende lo siguiente: en la Ciudad de México ya gobierna Claudia Sheinbaum, la mujer aliada de AMLO. Pero ya con Claudia encimada en el gobierno de la más bella ciudad del País, se dispararon los homicidios y carpetas de investigación en un 59 y 58 por ciento, respectivamente. En la Ciudad de México, en noviembre, fueron asesinados 92 seres humanos. Para diciembre con la claque de López Obrador en el poder, subieron las cifras a 167 personas asesinadas. ¿Saben gobernar? Saque usted sus conclusiones. El plan salvador de AMLO en esta delicada materia, es la Guardia Nacional, la cual estará lista en cuatro años, según voz de Alfonso Durazo, secretario de Seguridad.
Sigue la crisis del desabasto de gasolina. Se solucionan y se abastasen gasolineras a cuenta gotas. Se pierden miles de pesos, sí, pero lo más importante: tiempo. Tiempo de los ciudadanos en una crisis de movilidad desquiciante. Le acaba de tocar a los vecinos de Monterrey. No hay gasolina. Nuevo León necesita y diario 10 millones de litros de turbosina, diesel y gasolina (Organización Neolonesa de Expendedores de Petróleos Mexicanos). Llegan las pipas a surtir a las estaciones. Dicha gasolina debe durar dos días, ahora dura sólo seis horas. Insisto, no es el fondo (controlar la ordeña de los ductos de Pemex) sino la forma (cerrar unilateralmente los ductos y no, no tener un “plan B” de surtido de gasolina y carburantes).
Estamos jugando del lado de los perdedores porque AMLO así juega y así lo quiere. La Coparmex (Gustavo de Hoyos) una y otra vez ha reclamado un giro en la estrategia del Presidente contra el robo de combustible. No hay respuesta y sí el seguir aferrados con la “táctica” de cerrar ductos y surtir al País con burros (pipas). Las pérdidas son brutales. Más de 60 millones de dólares en tres de los estados más afectados por este racionamiento. Pasivos, no hay activos. Y si todo mundo criticábamos de la lentitud o de plano, la nula capacidad de los gobiernos anteriores (Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto) cuando se trataba de dar certeza y credibilidad a accidentes terribles donde morían altos funcionarios públicos, hoy, con López Obrador, es lo mismo. Aún no se sabe cuál fue el motivo por el cual se desplomó el helicóptero donde viajaban la gobernadora panista de Puebla, Erika Alonso y su esposo, el senador y exgobernador, Rafael Moreno Valle.
Letras minúsculas
En su momento, AMLO los condenó con su lenguaje de odio y no fue a su toma de posesión… Hoy, está amenazado de muerte.