‘Ganábamos más en El Salvador’
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Migrante centroamericano se dice agradecido por el trato recibido por las autoridades mexicanas
PIEDRAS NEGRAS, COAH.- Juan Carlos, de 34 años, fue uno de los migrantes de origen salvadoreños que logró acceder a una oferta de empleo en una de las fábricas de Piedras Negras.
Durante el cierre del albergue, se dijo agradecido con el trato que se le brindó a la caravana durante los últimos 16 días, aunque asegura que también llegaron los momentos de desesperanza frente al encierro. “Pensábamos que nos llevarían a todos a la perrera (oficinas del INAMI). Teníamos miedo de regresar”, expresa.
“Fuimos tratados de manera excelente, pero la gente se empezó a desesperar cuando vieron que no iba a llegar a los Estados Unidos. Y claro, esa era la idea que traíamos todos y ahora vamos a ver qué pasa con nosotros”, expresa.
La oferta a la que accedió en una fábrica de manufacturas de la región, misma que pasó por él al albergue durante su último día de servicio, generará en las próximas semanas un salario menor que el que se ofrece en los mismos empleos en su país de origen.
“Gano más en mi tierra. Aquí veníamos de paso por la situación, hay que estancarse un rato. Me ofrecieron mil 300, y allá ganamos 150 dólares, más o menos 2 mil 700 pesos de México”, señala.
Resignado, Juan Carlos asegura, que la técnica que implementaron las autoridades donde se les mostró el peligro de cruzar la frontera a través del Río Bravo funcionó, y asegura que también les fue comunicado que el cerco policiaco ha sido desplegado por toda la frontera sur de Estados Unidos y la norte de México entre la Border Patrol y la Policía Federal.
Aunque su salario no alcanzará para enviar buenas remuneraciones a su familia; esposa y dos hijos, dice que por ahora “es mejor vivir, a nada”, pues su traslado es un ejemplo más del resto de los centroamericanos que fue desplazado de manera forzada por amenazas de muerte provenientes de las pandillas de la Mara.
Pese a que las autoridades informaron el hallazgo de células de las pandillas centroamericanas, Juan Carlos menciona que en ningún momento de los 16 días se sintió amenazado por las personas que se señalaban.
“Salí amenazado de mi país. A mi familia me la tuve que llevar por lo pronto a otro lado allá mismo, en lo que esperan que les envíe algo de dinero. Todos queremos cruzar. Hay que calmarnos un poco y ya después veremos cómo llegamos al norte”, expresa.