Gloria de pluma cautiva
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Personaje de audacias.
De sueños de heroísmo y de idealizado amor. Lector de hazañas de caballería. Pasaron las aventuras de las páginas ojeadas y hojeadas por el hidalgo de la Mancha a una realidad de fantasías palpitantes, de sueños cumplidos y lastimaduras repetidas.
Imaginaba gigantes y acometía molinos de viento, se hospedaba en ventas del camino y su mirada delirante los contemplaba como castillos. “...Y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él, un tiempo, anduvo enamorado, aunque, según se entiende, ella jamas lo supo ni se dio cata dello. Llamábase Aldonza Lorenzo, y a esta le pareció ser bien darle titulo de señora de sus pensamientos; y, buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo y que tirase y encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla Dulcinea del Toboso...”
Esto lo escribe el prisionero que peleó en Lepanto y que algunos lo describen manco por acentuar su intrepidez bélica. Los compañeros de prisión fueron los primeros en disfrutar los capítulos de Don Quijote de la Mancha. Escrito en pésimo lugar: “Una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación” .
Locura y cordura. Aquella como delgadez con armadura y esta con pródiga panza. El ensueño sobre Rocinante y sobre el rucio la sensatez. Caballero y escudero hicieron dialogo de realismo con soñadora imaginación.
El Caballero de la Triste figura, con su escudero que llegó a ser gobernador en la isla Barataria, fueron engarzando, en la narración cervantina, las jocosas situaciones en que se contemplan las tensiones y los conflictos entre la crudeza de la sindéresis sanchopancesca y la mente fugitiva de su amo convertido en caballero andante.
En el aniversario que celebra el mundo de la cultura, Miguel de Cervantes Saavedra, no solo por el Quijote sino por tantas originalidad de su incansable pluma, es recordado como un genio de la lengua. Sus personajes diseñados para el entretenimiento y la hilaridad, han quedado como un resplandor de humanidad al servicio de la justicia, la libertad, la nobleza y la generosidad.
Fue una pluma cautiva la que dejó a todas las generaciones el legado de una lanza que señala el cielo y una unión de lo diverso en complementación existencial… Y muchos cantan ahora, con su vida, lo que parece sublime locura: “Con fe lo imposible soñar...”.