Hábitos que nos destruyen
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La vida está llena de buenos y malos hábitos. Cuando despertamos cada mañana queremos cumplir ciertas rutinas que nos ayudan a nuestro bienestar, como empezar con una pequeña oración o meditación, hacer ejercicio físico o leer al menos un libro por mes. Los hábitos pueden cambiar nuestra vida para bien o mal. Hay malas prácticas que pueden arruinar nuestras vidas. A continuación mencionaremos algunos hábitos de debemos evitar:
1. Obsesión por la opinión de otros. La mala noticia es que nunca podremos satisfacer a todos y la buena es que eso no importa. No podemos desperdiciar nuestras vidas tratando de cumplir las expectativas de los otros. Nuestras hijas adolescentes tienen una gran presión para tener la aprobación en sus redes sociales y pasarán toda su adolescencia y juventud con baja autoestima, ansiedad y depresión por no lograr un like de sus seguidores, compañeros y amigos. Eduquemos que el valor está en lo que somos y sabemos, y no en el número de notificaciones o aprobaciones en redes sociales.
2. Tratar de complacer a todos. Una de nuestras vocaciones es hacer feliz a los que nos rodean, sin embargo, es fundamental saber ser asertivos y aprender a decir “no”, aunque no cumplamos lo que los demás desean de nosotros. Muchas veces caemos siempre en un “sí” por no lastimar nuestro ego o autoestima. Enseñemos a nuestros hijos el valor de decir “no” sin importar el enojo o desaprobación de los demás. Si nuestro caminar es complacer a los demás perderemos nuestra identidad, metas y prioridades.
3. Vivir en el pasado. Cuántas veces escuchamos a personas expresar con nostalgia: “en mis tiempos…” o “cuando era adolescente viví…”. Dicen que recordar es volver a vivir, y tienen razón, pero vivir solamente de los recuerdos producirá tristeza y razones para existir con un sentido de vida significativo. Debemos aprender a disfrutar de los pequeños placeres del presente para no caer en un estado de depresión. Y, como decía Buda, “no vivan en el pasado, no sueñen con el futuro, tengan la mente con intensidad en el momento presente”.
4. Pensamientos negativos de uno mismo. Hay que tener cuidado con nuestros pensamientos, ya que se convertirán en palabras y a su vez en acciones, hábitos, personalidad y se convertirán en tu destino. Debemos centrarnos en nuestras fortalezas y, claro, reconociendo nuestras debilidades para superarlas.
5. Desconectados de la realidad. La tecnología nos ha abierto un mundo inimaginable e infinito, sin embargo, podemos perdernos en ese universo de información y olvidar quiénes somos y desvalorar a la familia. Los chicos pierden la maravillosa experiencia natural de ver un atardecer en el mar o interactuar con la persona que está a su lado por no dejar de ver la pantalla y buscar la aprobación de cientos de seguidores que no conocen, y hundirse en el aislamiento y soledad.