Ilegales, las minas para hacer el NAIM
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De ahí sacaron el material para los cimientos de la terminal y las pistas
CDMX.- Más de la mitad de las minas de tezontle y basalto en los cerros que rodean las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) operaron de forma ilegal entre 2016 y 2018. Mientras, 45 mil trabajadores construían con esos materiales, a marchas forzadas, las estructuras y pistas de lo que pretendía ser el legado del expresidente Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con una investigación, de los 205 bancos pétreos registrados entre 2016 y 2018 en el nororiente del Estado de México, 106 cometieron algún tipo de irregularidad en su operación.
El tezontle y el basalto son los cimientos que permiten que la terminal en forma de X y las pistas, hoy abandonadas y sin sentido, no se hundan en el inestable terreno del antiguo lago de Texcoco.
En 24 municipios cercanos al NAIM, 26 minas trabajaron sin autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) o de la del Estado de México; 54 explotaron los cerros meses antes de tener permisos y 26 se excedieron de los límites autorizados.
Las minas utilizaron los cerros hasta transformarlos en profundos cráteres rojos, acabaron con restos arqueológicos protegidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), destrozaron ecosistemas, flora y fauna, y los volvieron desiertos estériles.
También aumentaron la inseguridad y delincuencia, ocasionaron enfermedades respiratorias y provocaron peleas y conflictos entre vecinos. Trastocaron la vida de las casi 3 millones de personas de estos municipios.
Entre diciembre de 2015 y la consulta de octubre de 2018 que canceló el megaproyecto, se adjudicaron seis contratos. Estos construyeron el grueso del nuevo aeropuerto: tres pistas de despegue y aterrizaje, y varios edificios.
Para estas obras se empleó un total de 22 millones 480 mil metros cúbicos de tezontle y 14 millones 196 mil metros cúbicos de basalto. Llevar todo ese material a la zona de construcción supuso un millón 222 mil viajes en camión.
En esos tres años las empresas solicitaron a las secretarías de Medio Ambiente 189 autorizaciones para explotar bancos pétreos en los alrededores de la construcción. Sólo se denegaron 14.
La mayoría, 115, se aprobó en un año, tras la licitación de los contratos para las pistas en septiembre de 2016.
Estas infraestructuras usaron casi todo el tezontle y basalto que entró en el nuevo aeropuerto. En un año normal, como fue 2015, se explotaban 23 nuevos bancos pétreos.
De acuerdo con los registros de una de las puertas de entrada a los que tuvo acceso este diario, más de 75% del tezontle que entró en 2018 por esa garita procedía de minas que habían cometido alguna irregularidad. Según varias fuentes, era práctica común que yacimientos de tamaño pequeño y medio vendieran su material a empresas más grandes que luego lo llevaban al NAIM.
Entre los empresarios que explotaron estos cerros hay caciques locales que presumen su amistad con Enrique Peña Nieto.
Prestanombres, diversos políticos, sindicatos y hasta un supuesto narcotraficante de Tamaulipas.
Sin embargo, para los pobladores la responsabilidad final está en las autoridades federales y estatales que permitieron y fomentaron la sobreexplotación de su territorio.
Para esta investigación se entrevistó a una decena de locales, expertos en minería, al presidente de la comisión parlamentaria de vigilancia de las obras del NAIM, y se realizaron diversos viajes de campo. Se obtuvieron vía transparencia todas las autorizaciones de bancos pétreos en Estado de México durante 2016, 2017 y 2018, así como los contratos y cantidades ingresadas de tezontle y basalto a las obras; además, se contó con la ayuda del colectivo de geógrafos GeoComunes y activistas locales.
26 minas trabajaron sin autorización para extraer materiales para el NAIM