Impaciencia temeraria por hacer lo que antes se hacía
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Quiero ir al gimnasio”, “Hoy sí vamos al restaurante ese de los tacos”, “Vamos a la fiesta que habían aplazado”... Y salir y comprar y caminar en grupo y olvidarse de Susana y hasta saludar de abrazo o apretón de manos. Y algunos comerciantes dijeron: ¡ya! Y abrieron separando un poco las mesas.
Es la “apertura”. El virus estaba en confinación, soportando su cuarentena y seguramente está ahora aprovechando la inicial apertura precoz para pasar de un cuerpo a otro sin gran dificultad. Así como se adelantó la cuarentena, ahora, en plena ascensión “aplanada” hacia la cumbre estadística de casos positivos, se aflojan las medidas de mitigación y no pocos entienden, despistados, que ya estamos desviralizados con riesgos en fuga. Las catorcenas dan noticias de aumento en las cifras. Disminuye la distancia hacia la saturación hospitalaria que se intentaba evitar.
La impaciencia temeraria es similar a la del futbolista de pierna rota que ya quiere quitarse vendas y meter goles. O del torero al que todavía no le quitan las puntadas de la herida y ya quiere ir por otra cornada. O la de los escolares que se quieren comer la torta antes del recreo. La famosa “nueva normalidad” es sólo la exigencia de estrenar hábitos de convivencia. Omitir todo aquello que signifique olvidar la presencia de esa molécula coronada que siempre busca multiplicarse, secuestrando capacidades celulares. Todavía no hay misil biológico que la inhabilite dentro como fuera lo hace la espuma del jabón, anulando su escafandra de grasa protectora. Se asemeja la situación a un aborto de cercanía, con esta normalización apresurada que va telescopiando la gradualidad como sucede con los automóviles en la nebulosa carretera Sal-Mon.
CUMPLEAÑOS EN LA GLORIA
Cien años hubiera cumplido ayer Juan Pablo II, de apellido polaco, Karol Józef Wojtyła. Ahora san Juan Pablo II. Después de tantos papas italianos, se distinguió mucho por su participación en el Concilio Vaticano II, iniciado por su antecesor. Inició diciendo al mundo: “No tengan miedo!”. Descubrió la juventud creyente. Hizo grandes convocaciones y había una comunicación carismática entre él y las vidas jóvenes. Ya viejo, se comunicó con ellos en México, visitado por él tantas veces. Primero él fue a buscarlos al mundo con su invitación y sus mensajes llenos de desafíos, fascinantes para el entusiasmo juvenil. El día de su partida de esta vida, vinieron muchachos y muchachas de todo el mundo a acompañar, a rezar, a agradecer, a expresar compromisos de perseverancia. Un largo pontificado con encíclicas inolvidables. Fue precisamente un 18 de mayo, día de su cumpleaños, que publicó su encíclica “Dominum et Vivificantem” acerca del Espíritu Santo de Vida, de Verdad, de Amor.
MATERNIDAD, ENSEÑANZA Y ESTUDIO
En mayo se da este triple homenaje a las mujeres que dan a luz, a los hombres y mujeres que iluminan el desarrollo integral y a quienes se afanan por adquirir las destrezas necesarias para servir y realizarse en servicio a su comunidad. Ternura, gratitud y empeño. Regalo, recuerdo y admiración. Dentro de las limitaciones de movilidad, va siendo posible que no haya omisiones ni indiferencias en estas celebraciones entrañables de nuestras ciudades.
PRIVACIDADES ASEDIADAS
Algunos ya ponen un tafetán sobre la cámara de su dispositivo que puede retratarlos. Se comentan las intrusiones que suplantan identidades en las redes. Hay ámbitos de espontaneidad personal y familiar que nadie quiere ver invadida por testigos no invitados. Muchos tienen el cuidado de exigir una identificación válida con fotografía a quienes ingresan a los espacios del hogar por cualquier trámite o reparación.
Ciertamente el ámbito privado es consecuencia de la dignidad de la persona humana. Un límite que cancela cualquier injerencia ajena no permitida...