Julianne Moore Cine para mujeres
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Decidida a hablar públicamente sobre su vida y su carrera, Julianne Moore abrió las puertas de una conversación personal en el complejo TIFF Bell Light de la ciudad de Toronto, donde incluso la nombraron como ciudadana canadiense honoraria por la cantidad de películas que estrenó en esta misma ciudad, antes que en Hollywood. Y aunque este año no la nominaron por sus trabajos en las últimas películas de 'Freeheld' y la súper producción de 'Los Juegos del Hambre', no hay que ‘olvidarse’ que ella sigue siendo la última ganadora del Oscar como Mejor Actriz, desde que lo recibió el año pasado por una película como 'Still Alice', que justamente trataba sobre la pérdida de la memoria.
¿Se puede comparar el Oscar con el premio de haber sido nombrada como Ciudadana Canadiense Honoraria, por estrenar tantas de tus películas en Toronto, mucho antes de Hollywood?
-¡Sí! Es increíble el tiempo que vengo viajando a Toronto. Pero fue interesante el Oscar de la película 'Still Alice' porque la habíamos estrenado por primera vez en Canadá, cuando todavía ni tenía distribución ni estaba terminada. Vinimos un lunes a una proyección de las dos de la tarde... con un horario que no era demasiado auspicioso. Pero después de volver de almorzar, la respuesta del públiico había sido asombrosa. Nunca me pasó algo así. Todos lloraban, aplaudían de pie. Yo no lo podía creer.
Para ese entonces ¿habías visto la película antes? ¿Imaginaste en esos primeros momentos que ibas a ganar el Oscar?
(Risas) La había visto, pero solo para tomar notas de lo que no me gustaba. A mi esposo le encantó, pero es mi esposo... así que imagino que le iba a gustar o al menos iba a pretender que le gustaba. Pero esa fue la primera reacción de la gente. Y fue increíble. Honestamente, nunca voy a olvidar ese momento.
Y ahora que ya ganaste un Oscar ¿podemos mirar todavía más atrás, para ver cómo llegaste desde aquel punto hasta ahora?
Y bueno, lo que yo siempre le digo a los actores jóvenes es que salgan a trabajar, porque la única forma de no seguir adelante es parar de trabajar. Yo fui primero a una escuela de teatro y ahora que mi hijo Caleb está por ir a la universidad me doy cuenta lo joven que yo era porque sin saber demasiado, de repente, ya era actriz, cuando apenas salí de la universidad. Realmente yo no sabía cómo tomar esos conocimientos que había aprendido para aplicarlos en el mundo real. Trabajar al principio en una telenovela terminó siendo una experiencia asombrosa porque tenía que basarme en mis habilidades, trabajando muy rápido, cayendo sobre el filo de una espada cuando algo salía mal. Lo importante es trabajar, trabajar y trabajar. Siento que los primeros diez años de mi carrera los pasé aprendiendo a actuar. No sé, pienso que la única forma de aprender es estar ahí, trabajando.
¿Cambiaste en algo desde aquel entonces?
Espero estar mucho más relajada hoy. Esa es la clave, también. En las clases de actuación siempre dicen que la clave es estar relajada en medio de una experiencia emocional aunque pensemos todo lo contrario "No, estoy muy tensa, voy a llorar". Y por supuesto, a medida que crecemos nos damos cuenta que todo es una actuación y es mucho mejor estar tranquila, cuando permites que algo te pase. Eso me llevó mucho tiempo a mí. Fue como una revolución, cuando finalmente crecí lo suficiente como para pensar: "Veamos lo que pasa, si todo es como la vida se supone que sea, dejando que pase lo que pase".
¿Tenías algún Plan B en el caso de que nunca ganaras un Oscar como actriz?
(Risas) Cuando un día llegué a casa, a los 17 años, diciendo que quería ser actriz, mis padres no lo podían creer. Y aunque me puse a buscar una lista de conservatorios para tomar clases, mis padres no lo permitieron y me pusieron como única condición que tuviera una educación universitaria. Y tengo el título en arte, 'BFA'. Es lo único que me pidieron "Está bien que estudies y actúes pero al menos deberías tener un título". Y me parece importante, aunque suene demasiado antigua, pero todavía pienso así hoy. Es algo que puede ser un beneficio después. Pero también creo que hay que hacer las cosas en el momento que uno quiere hacerlas. Nunca vas a saber si serás buen actor, si no lo intentas. Y eso es lo que yo también les dije a mis padres.
En la ciudad Fayetteville de Carolina del Norte, con el nombre real de Julie Anne Moore Smith, nació el 3 de diciembre de 1960, en la base militar Fort Bragg durante la época en que el padre Peter Moore Smith era coronel y juez militar. Es por eso que también se mudó con la familia a más de 20 ciudades, antes de cumplir los 18. Y ella misma hizo las maletas para entrar a la Universidad de Boston, donde obtuvo el título de 'Bachelor of Fine Arts' (BFA). Al momento de registrarse en el Sindicato de Actores, se dio cuenta que todas las combinaciones posibles de su verdadero nombre ya habían sido tomadas por otras actrices y fue entonces que combinó Julie Anne como Julianne y el segundo nombre de su padre, que también se llamaba Moore, para adoptar finalmente el nombre con que hoy tanto la conocemos. Los primeros pasos como actriz profesional los dio en el teatro Off Broadway de Nueva York, antes de ser atrapada por el camino más comercial de la televisión y las telenovelas de 'The Edge of Night' y 'As the World Turns' donde incluso ganó un premio Emmy por interpretar a las dos hermanas Frannie y Sabrina. El cine vino después, con la década de los 90 y el primer rol de la víctima de una momia en 'Tales form the Darkside'. Ella fue la que intentó frustrar el escape de Harrison Ford en 'The Fugitive', con el personaje que llamó la atención de Steven Spielberg, que la contrató sin pruebas de audición para una versión de 'Jurassic Park: The Lost World'. También entró en el mundo de las comedias románticas como la novia embarazada de Hugh Grant de la película 'Nine Months' (en la misma época en que él, se hizo más famoso cuando lo arrestaron por tener relaciones sexuales con una prostituta… en un auto). Y Julianne también pasó por el cine de acción de 'Assasins' con Antonio Banderas y Sylvester Stallone. Gracias al cine, ella incluso conoció a su actual esposo, Bart Freundlich, cuando él la dirigió en su primera película 'The Myth of the Fingerprints'. Y gracias al desafío de otro entonces desconocido director Paul Thomas Anderson, Julianne Moore fue nominada por primera vez al Oscar con la película 'Boogie Nights'. Apenas dos años después, en el 2000, volvió a ser nominada como Mejor Actriz con la película 'The End of the Affair'. Y en el 2003, incluso estuvo nominada al mismo tiempo por partida doble, como Mejor Actriz por 'Far from Heaven' y Mejor Actriz de Reparto por 'The Hours'; hasta que finalmente ganó su primer Oscar el año pasado, con la historia sobre el Alzheimer en 'Still Alice', al mismo tiempo que disfrutó el éxito de las súper producciones de 'Juegos del Hambre', con su rol del Presidente Coin.
Entre tantas películas ¿cuál dirías que fue el personaje más difícil que tuviste en el cine?
¡Cómo me gustaría acordarme! Es que al minuto que termino de hacer una película, me olvido de todo. Es como si tuviera un botón que borra mi cerebro. Cuando veo una película vieja, ni siquiera me acuerdo que la hice. Pero también siento que todas son difíciles porque siempre está la posibilidad de hacer algo mal. Cada actuación, pienso que me puede salir todo mal. Y a veces pasa (risas). Hay veces en que pensé que no llegué hasta dónde quería llegar. Pero en el momento de hacerlo, no me doy cuenta. Cada nueva película es un desafío continuo, para mí.
¿Qué opinan tus hijos Calev y Liv de tus películas... más allá de 'Los Juegos del Hambre?
Cuando vi con mi hija el final, me dijo: "Fue divertido, gracias mamá". Eso fue todo. Es lo único que yo recibo de ellos. Pero también me alegra, porque no tienen una enorme relación con mi trabajo, ni deberían tenerla tampoco. Vieron muy pero muy pocas de mis películas. Mi hijo, por ejemplo, vio 'Crazy, Stupid Love' y mi hija vio 'Los Juegos del Hambre'. Eso es todo.
¿Más allá del presupuesto de una película, hay una gran diferencia entre la actuación de 'Juegos del Hambre' o el Oscar de 'Still Alice'?
Como actriz no. Hay que considerar el tono del mundo en que estamos. Lo interesante de 'Los Juegos del Hambre' es que mi historia del Presidente Coin estaba contada desde el punto de vista de Katniss (Jennifer Lawrence). En la novela, ni siquiera se sabe quién es. Y en grandes películas comerciales así, la escala es tremenda. Hay que saber bien dónde una está ubicada, pero no significa que no haga mi trabajo como actriz ni trate de saber quién es la persona que me toca interpretar.
¿Qué tanto ayuda para una buena actuación, el mundo exterior como el maquillaje, el peinado o un buen traje?
Todo llega de todos lados. Primero está el lenguaje. No puedo hacer nada si no sé lo que voy a decir. Odio los resúmenes. No puedo hacer nada con solo saber que soy una mujer con tres hijos que se va en una nave espacial y vuelve nueve años después. No sé quién es esa persona, no sé lo que tengo qué hacer. Solo lo sé recién después de leer la historia. Por eso, primero y principalmente está el personaje. Y el personaje no existe sin una narración, para mí. Y siempre digo que mi parte favorita de la actuación en una película es poder caminar por dentro de un libro. Es como meterte adentro de un libro, sentada en un costado de todo lo que pasa. Eso me apasiona.
¿Cuál es el elemento más importante para una buena actuación, entonces?
Hay tantos elementos... hasta cuando viene a hablarme un director, yo necesito verlo dentro de un cuadro. Necesito saber qué voy a decir y dónde voy a estar frente a la cámara, para saber el punto de vista exacto.
¿Y al momento de preparar un rol lo desarrollas durante la investigación previa, cuando sabes qué toma va a enfocar la cámara o solo con responder al resto de los actores?
Es una pregunta interesante y supongo que la mayor parte de la actuación sucede durante el día del rodaje, aunque sé que hay mucho que necesito hacer. Si mi personaje monta a caballo, tengo que tomarme un tiempo para aprender a cabalgar... aunque después termino olvidándome de todo cuando termina la filmación (risas). Si necesito un conocimiento de alguna condición médica como 'Still Alice', investigo muchísimo, pero siempre alrededor del comportamiento. Después, trabajo en el guión, pensando cosas que quiero hacer, para que en el momento de estar en el estudio esté disponible para experimentar lo que hace esa persona, ese personaje.
¿Qué estilos de personajes son los que más te atraen, hoy, después del Oscar?
Supongo que siempre me atrae lo personal y real dentro de mis propias experiencias. Me hubiera encantado haber tenido roles más heróicos, como la persona que llega a la cima más alta de una montaña, la primera persona que llega a la Luna o ese estilo de películas heróicas. Siempre me interesaron esos roles, pero nunca me ofrecen esos trabajos. Pero también me impacta la gente que por ejemplo estuvo casada por mucho tiempo y de repente todo sale mal. Siento que conozco ese campo. Y también me interesan aquéllos que tienen algo personal interiormente. Mi hija dice que mis personajes o están por morir o se divorcian. Y creo que tiene razón. Me interesan los grandes temas de la vida real, no la fantasía.
Los actores por lo general tienen la difícil posición de esperar el llamado de un director, para alguna prueba de audición, pero en tu caso tuviste la suerte de trabajar con los más importantes como los Hermanos Coen, Thomas Anderson, Davidd Cronenberg o incluso tu esposo Bart Freundlich... ¿qué te lleva a elegir un director por encima de otro?
Por lo general suelen gustarme aquéllos que también escriben, supongo que es porque tienen una sola visión. Y yo busco una visión en particular, quiero que alguien me diga cómo ven los personajes, qué quieren, porque así puedo mostrar lo que ven. Hace mucho más fácil mi trabajo. Cuando no sé lo que quieren, siento que estamos viendo páginas diferentes del mismo libro.
¿Pensaste en dirigir o crear el guión de tu propia película?
Actuar es mucho más fácil que dirigir o escribir, porque para mí es algo fácil de hacer. Pero no sé... Yo vivo con un director y escritor y sé lo difícil que es. Tengo tremenda admiración por ese rol. Y siempre digo que me gustaría intentar adaptar algo, algún día. No sé si alguna vez lo voy a hacer. Pero te cuento que escribo libros infantiles.. pero tampoco soy una de esas personas que sienten que tienen el deseo de hacerlo. Cuando veo a mi esposo escribiendo o dirigiendo cine, me doy cuenta lo largo que es todo el proceso. Puede quitarte tres años de tu vida. Sé que cuento con esa clase de concentración que se necesita, pero no sé. Nunca quiero decir nunca.
En la entrega del Oscar del 2015, sorprendió cuando Patricia Arquette al recibir su premio como Mejor Actriz de Reparto se quejó de la desigualdad en los sueldos de la mujer en Hollywood ¿cuál es tu perspectiva en ese tema?
Bueno, no es algo que solo pasa en el mundo del cine, pasa en todas partes. Estamos acostumbrados a ver un universo donde las mujeres no son educadas de la misma forma que los hombres en muchos países. No es un problema que solo existe en el mundo del espectáculo. Pero es algo en lo que hay que prestar atención y hay que hacer lo mejor que podemos para mejorarlo. No sé por qué se volvió en un tema que llama la atención de repente. Yo crecí con una madre feminista que siempre recordaba que el control del embarazo era ilegal hasta 1964 y ella, en su familia, ni siquiera pensaba en estudiar en la universidad. Sus padres habían ahorrado para que su hermano fuera a la universidad, no ella. Pero terminó sus estudios, cuando yo incluso estaba en octavo grado. Ella siempre me dijo que es importante tener una familia y tener trabajo, es posible tener los dos. Y yo crecí en medio de un movimiento feminista pensando que al crecer todo ya iba a estar bien. Pero ahora me doy cuenta que no está todo bien, nada cambió. Y eso es lo que hace que todos empiecen a hablar sobre la desigualdad de salarios en muchos trabajos.
¿Cuál es tu propuesta para conseguir un cambio?
Todo pasa por el dinero. Hasta las leyes. Si no existe algún apoyo económico, nada se cumple. Por eso, hay que salir y ver películas con mujeres. Me enojo mucho cuando dicen 'Las mujeres no van al cine'. No vamos al cine porque no hay películas con historias para nosotras. Si no hay una película que yo quiera ver, no voy a ir. Pero si hay una película para mujeres, voy a pagar para verlas. El lado económico es lo que tiene sentido.