La 4ª Compañía
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Por casi un siglo, el cine mexicano ha retratado cómo la delincuencia organizada ha aprovechado los tiempos turbulentos de nuestra historia para hacer de las suyas como sucediera con “El automóvil gris” (Enrique Rosas, 1919).
De aquel clásico silente que fue el primero que de manera oficial mezcló la realidad con la ficción por incluir en su final el fusilamiento real de los miembros de la célebre banda de ladrones que hizo de las suyas de pueblo en pueblo dado el desorden social propiciado por nuestra gesta revolucionaria, pasamos al retrato de la vida dentro de los recintos carcelarios décadas después y fue como en los años 50 el cineasta coahuilense Emilio “Indio” Fernández llevó a Pedro Infante a visitar “Las Islas Marías” en lo que dignos representantes de la llamada generación de “nuevo cine mexicano de los 70” como Felipe Cazals o Arturo Ripstein nos sacudieron con la crudeza de relatos como “El Apando”, de 1976, a “Cadena perpetua”, de 1978.
Hacemos este rápido recorrido con motivo del estreno nacional hace justo una semana de “La 4ª Compañía”, ópera prima de la dupla de cineastas Mitzi Vanessa Arreola y Amir Galván Cervera que podríamos afirmar logra tomar la estafeta de las dos mencionadas sirviéndose por un lado de la participación de un primer actor como Manuel Ojeda pasando de ser uno de los encarcelados en la mencionada “El Apando” a una especie de comandante Prieto que interpretó el también primer actor Narciso Busquets en “Cadena Perpetua” como una corrupta autoridad judicial la cual crea en su caso en el interior del Penal de Santa Martha Acatitla un grupo de élite de presos denominado “La 4ª Compañía” a finales de los años 70 “apadrinados” nada menos que por el “Negro” Durazo.
La fachada de operación para este grupo que resguardaba y controlaba los negocios ilícitos no sólo del reclusorio sino fuera de él puesto que algunos de los internos salían a cometer robos fuera del mismo con la ayuda de las autoridades carcelarias era un equipo de futbol americano que el mismo “Negro” Durazo había patrocinado por el haber sido jugador de este deporte en su juventud llamados “Los Perros” entre los cuales sobresale Zambrano (Adrián Ladrón), un joven delincuente que inicialmente busca ingresar a la prisión para formar parte del equipo pero ya estando dentro es toda una decepción el serlo al verse como un elemento humano que parece tener una cadena perpetua como criminal incitado por las mismas gentes de poder que controla la autoridad judicial.
“La 4ª Compañía” se hizo acreedora en la entrega de los premios Ariel a lo mejor de cine mexicano del 2017 el verano pasado a un total de 10 galardones de los 20 a los que estaba nominada y que incluyen los de Mejor Película y Mejor Actor (Adrián Ladrón), y desde entonces libró una batalla más después de diez años de producción para su distribución, y si bien es cierto hay algunos elementos narrativos que pudieran criticarse lo mismo a detalles como el maquillaje y peinados, representa un motivo de celebración por intentar en un panorama desolador del cine nacional como industria un loable intento de recuperar el cine que mezclaba calidad con el oro de la taquilla como en la Época donde filmaban figuras como Pedro Infante y el Indio Fernández, por ejemplo.
Por ello, puede ser un “Golpe bajo” a la mexicana, pero con su propia identidad y trascendencia.
Comentarios a: alfredogalindo@hotmail.com; Twitter: @AlfredoGalindo