La importancia de las áreas naturales protegidas
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En Coahuila pusieron el ejemplo nacional al decretar como Área Natural Protegida Municipal a la sierra y cañón de Jimulco, sitio ubicado en el municipio de Torreón
El turismo como práctica de esparcimiento, recreación, divertimiento, culturización y descanso es algo que hoy día pueden realizar muchas personas.
Un turista para tener esa condición debe pernoctar por lo menos una noche en una localidad distinta en la que vive y tener gastos en alimentación en el sitio receptor.
Hace apenas un siglo era muy difícil ser turista, ahora es algo relativamente fácil, pero se debe subrayar que hay de turistas a turistas.
Están los turistas depredadores que llegan a vacacionar sin respetar los lugares que visitan; generando desechos, destruyendo, desordenando el territorio.
Existen los turistas que le apuestan a tener experiencias en el contexto natural y son los que, además de tener un mayor número de pernoctas en el sitio visitado, tienen educación y procuran impactar lo menos posible el medio ambiente.
Pero, ¿cómo surge el turismo de naturaleza? ¿En qué momento el género humano se percata que es parte de la comunidad de vida terrestre y no el centro del universo?
El antropocentrismo es algo inaudito, dados los efectos que ha tenido sobre la salud del planeta la manera de consumir, producir y distribuir lo producido en las últimas décadas por hordas de no pensantes. Por ello la absoluta importancia de la conservación de la biodiversidad con el propósito de promover el turismo de naturaleza en comunidades emergentes, que pueden elevar su calidad de vida sin enormes equipamientos turísticos.
Hace años no visitaba el sur de Nuevo León que tantos buenos recuerdos me trae, pues siendo muy joven lo conocí. Rayones, Aramberri y General Zaragoza representan una gran posibilidad de permitir prácticas sustentables de turismo porque en su territorio hay atractivos paleontológicos, geológicos y ecológicos que por sí mismos despiertan el interés de las familias de visitantes, porque el turismo es una actividad que se desarrolla en familia.
Qué buena sorpresa saber que hay muchos coahuilenses, potosinos y tamaulipecos que acuden en plan vacacional a esta región de bosques, ríos y cascadas que además cuenta con espléndidos huertos de aguacate, nuez y manzana criolla.
Conocí a munícipes e integrantes de los cabildos de estos municipios y conviví con sus fuerzas vivas. A todos les comuniqué que es preciso partir de un proceso de participación social para desarrollar el turismo de naturaleza, y que un buen primer paso es elevar a Área Natural Protegida su territorio porque contiene una rica biodiversidad.
En Coahuila pusieron el ejemplo nacional al decretar como Área Natural Protegida Municipal a la sierra y cañón de Jimulco, sitio ubicado en el municipio de Torreón.
Apenas el año pasado Bustamante, N.L., presentó el estudio técnico justificativo que realizó el ambientalista Alfonso Martínez, mismo que fue sopesado por funcionarios y legisladores locales para que su cañón y sierra fueran decretados como Área Natural Protegida Municipal; en este momento un grupo de investigadores liderados por José Juan Flores Maldonado está preparando su plan de manejo.
Esto pretende ser replicado precisamente en los municipios de Rayones, Aramberri y General Zaragoza, así como también en Villaldama y en Sabinas Hidalgo. El proyecto tiene grandes alcances, pues propiciaría el turismo de naturaleza que tantas bondades trae consigo porque permite una buena redistribución del ingreso en las comunidades locales, y eso realmente encara la pobreza, algo que es necesario en estos tiempos de desigualdad.