La mujer: corazón del triunfo opositor
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El sábado pasado recorrí avenidas de Monterrey plagadas de espectaculares con propaganda de los candidatos. Regresé a Saltillo, a la media tarde, y el paisaje electoral no varió.
En ambos casos, encontré el mismo común denominador: una oferta electoral -tradicional, vacía e indiferenciada- alejada, a mi parecer, de un tema central de género que pondría a la mujer en el corazón del eventual triunfo opositor a la 4T.
Las mujeres integran el 51.76% del padrón electoral. Son 47 millones 983 mil mujeres con un potencial extraordinario para inclinar la balanza a favor de la oposición a Morena este próximo 6 de junio.
Éste no es sólo un tema cuantitativo, sino también cualitativo. La ausencia de políticas públicas de la 4T a favor de los derechos de la mujer -agudiza el desdén de anteriores administraciones- para poner en grave riesgo la supervivencia cotidiana de nuestras madres, hermanas, esposas, hijas, tías y sobrinas.
Más allá de la consciencia o solidaridad de género de esas mujeres; o de su postura política -ya conservadora o feminista, ellas están conscientes -en mayor o menor grado- que AMLO y su 4T, las arroja cada día -al salir a la calle- a un mundo barbárico y animalesco, sin reglas o escrúpulos por considerar.
Recordemos: cada día son asesinadas entre 10 y 11 mujeres en el país (INEGI: 2020). En noviembre y diciembre de 2020, una mujer -cada hora- solicitó ayuda por algún acto de violencia, mientras que de septiembre a diciembre (del mismo año), 4 de cada 100 reportaron intentos de feminicidio (Red Nacional de Refugios: 2020). Durante 2020, esa misma Red brindó atención en sus sedes, números telefónicos o a través de sus redes sociales a 46 mil 514 personas: 127 mujeres por cada día. La violencia que ejercen parejas, esposos, exnovios o exesposos contra las mujeres en México es “severa y muy severa” en 64 % de los casos (ENDIREH: 2019). Cada día desaparecen 7 niñas en México (Red de los Derechos a la Infancia: 2020).
¿Cuál fue la respuesta de AMLO y la 4T a esa realidad de las mujeres? Cerró las estancias infantiles. Negó el apoyo médico a los niños con cáncer. Eliminó el presupuesto para los refugios de víctimas de violencia. Aseguró que la mayoría de las llamadas por violencia doméstica eran falsas. Nunca aterrizó una política para prevenir feminicidios. Justificó el alza de feminicidios por un cambio en la metodología para cuantificarlos. Acusó a los colectivos feministas de ser conservadores.
Defendió la candidatura de Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero, a pesar de tener seis denuncias por violación.
¿Protegen desde el Estado, AMLO y la 4T, a la mujer mexicana? No. ¿La incluyen de manera protagónica en su visión transformadora? Tampoco.
Si es así, ¿por qué los políticos de la oposición -hombres y mujeres- no encarnan su oferta política con una perspectiva de género? ¿Acaso no entienden que, por razones cuantitativas y cualitativas, la mujer mexicana está destinada a ser el fiel de la balanza el próximo 6 de junio?
La respuesta es triste pero justa: su consciencia patriarcal y la de sus respectivos partidos, les impide dos cosas: entender esa realidad que pone en riesgo la supervivencia cotidiana de las mujeres y asumir -desde su corazón e inteligencia- esa agenda que podría catapultar su victoria el próximo 6 de junio.
Esa es la razón por la cual, su oferta electoral no tiene un corazón pletórico de real esperanza. Sabe a lo mismo de siempre: a una demagogia abrazada a la nada.