La Narro y sus trabajadores

La recurrencia anual de la suspensión de las actividades académicas en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro nuevamente se da por estos días mediante una huelga que sus trabajadores administrativos sostienen.

Del mismo modo y con cierta regularidad la prestigiada casa de estudios ha recibido premios nacionales y extranjeros por sus brillantes logros en las diferentes disciplinas que abarca su plan de estudios y que ofrece a los alumnos, cuya entrega al estudio y a la investigación reciben como respuesta los reconocimientos que les son otorgados muy merecidamente.

La vida de la Universidad sigue latiendo gracia al oxígeno que le inyectan sus alumnos y sus experimentados maestros que les enseñan a preservar la vida de ese don preciado que se refiere a todo lo verde de los campos, que los hacen producir el alimento que nos ayuda a nuestra existencia y a la de humanos de múltiples latitudes.

Durante muchos años la alegría contagiosa de sus eventos sociales hacía vibrar el ambiente, en el que algunas veces por desgracia sobrepasaban las reglas de lo aceptable e incurrían en actos en que las autoridades de la ciudad intervenían para que prevaleciera el orden.

Años más recientes con el transcurrir el tiempo se fueron olvidando esas actividades de trastocar la disciplina que empañaban el prestigio de la institución y los alumnos fueron adoptando un comportamiento con actitudes de respeto, lo que la sociedad aceptó sintiéndose orgullosa de esa casa de estudios.

Ese volver a la huelga nuevamente distrae su latir diario, pues su personal administrativo reclama un incremento a su salario y prestaciones, que desde luego debe ser muy merecido, sin embargo, y en abono a su trabajo diario, es menester que trabajadores y autoridades universitarias, deban externar cada parte su punto de vista y llegar acuerdos que no distraiga los trabajos que cotidianamente realizan alumnos, maestros y los empleados administrativos cuya labor es importantísima, pues ellos son los que velan porque todos los documentos que se manejan, observen pulcritud en la administración que conduzca a revelar transparencia y rendición de cuentas, en virtud de que los recursos económicos provienen del erario.

Las partes en disputa deben poner por delante su buena disposición para arreglar el conflicto, de manera que la solución sea justa y de lugar a que la institución esté en posibilidades de solventar el aumento que se pide, ateniéndose a un rediseño de estrategias por medio de mecanismos que eliminen gastos que pudieran denominarse superfluos.

Igualmente proceder a elaborar una reingeniería de sus activos económicos que lleve a la consecución de ahorros que les reditúe reservas y se pueda cumplir con las peticiones que demanda el aumento solicitado materia del problema.

Otro camino que debe ser valorado y tomado en cuenta por los dirigentes de la Universidad, es la defensa que tienen que enfrentar con el Gobierno Federal, ya que ahora está renuente en otorgar incrementos en las partidas económicas que la casa de estudios requiere para su funcionamiento.

La federación debe tomar en cuenta que la Narro cumple extraordinariamente bien con el trabajo que le corresponde, pues que mejor justificación que todos los reconocimientos que ha recibido en varios países del mundo.

Desconozco el criterio con el que el Gobierno Federal reparte el subsidio a las universidades del país, pues disminuirlo representa mermar las herramientas que necesita la vida universitaria para dar frutos como los que ha recibido la Narro, pues sus maestros han sido los que con sus enseñanzas han conducido a los alumnos a obtenerlos.

Ojalá las diferencias se diluyan y el trabajo siga su marcha, pues el resultado de su labor ha sido excelente. Los maestros y los alumnos han elaborado una tarea que siempre han demostrado construirla con consecuencias de calidad, que ha hecho que los coahuilenses nos sintamos orgullosos de ese conglomerado que hace una gran sinergia compuesto por alumnos y maestros.

Obsérvese buena voluntad de las partes para que se llegue a buen puerto de manera que el camino continúe con buen ritmo dejando atrás los sinsabores que produce una huelga.

Se lo digo EN SERIO.

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