La no tan secreta crisis de Victoria

1.- Existe –todavía– una marca famosa internacionalmente que, a partir de 1977 y aún más desde su gran expansión en la década de los años 90 del siglo pasado, ha representado la sensualidad y los ideales de belleza de las mujeres…¡desde el punto de vista de los hombres! Me refiero, por supuesto, a Victoria’s Secret. La empresa enfocada en la producción y distribución de lencería, pasó a la historia por sus delicadas prendas, lujosas tiendas, gran catálogo y su espectacular desfile anual.

2.- En esos desfiles saltaron a la fama modelos como Helena Christensen, Heidi Klum, Valeria Mazza, Alessandra Ambrosio, Gisele Bündchen, Adriana Lima, Tyra Banks, Eva Herzigová, Miranda Kerr y muchas otras. Incluso la mexicana Elsa Benítez formó parte de la élite de mujeres que subían a esta pasarela portando, no solamente las lujosas piezas de vestuario íntimo, también las alas en la espalda que las llevó a ser conocidas como los Ángeles de Victoria’s Secret. Sus rostros y figuras son ya legendarios.

3.- Sin embargo, la cultura y el concepto de la belleza fueron cambiando a lo largo de los años. Aunque las transformaciones sucedieron de manera sutil y a paso lento, terminaron siendo evidentes y definitivas, mientras que Victoria’s Secret no evolucionó en ningún sentido. Esto provocó que estallara una crisis muy grave en el corazón de la marca. Todas las mujeres que desfilaban para la empresa eran altísimas y, al mismo tiempo, exageradamente delgadas. Se podría decir que todas ellas estaban dolorosamente desnutridas.

4.- El estándar de belleza que Victoria’s Secret imponía desde sus pasarelas y catálogos, era irreal, arbitrario e incluso peligroso. Cualquier mujer de estatura media o baja con una distribución de su grasa corporal distinta a la de las personas anglosajonas, nórdicas o de cualquier origen semejante, jamás tendría la posibilidad de sentirse hermosa usando las prendas que ellos venden. Los desórdenes alimenticios y los procedimientos estéticos extremos empezaron a causar estragos en miles de personas.

5.- El movimiento “Me too” vino a poner la estocada final a las imposiciones de Victoria’s Secret. Los desfiles, donde incluso aparecía lencería cubierta de diamantes y piedras preciosas valoradas en millones de dólares, dejaron de presentarse. Sin embargo, lo peor estaba por llegar. Las ventas cayeron estrepitosamente y se colocaron en mínimos históricos para la marca. Después se anunció el cierre de una cuarta parte de las tiendas de todo el planeta. Los directivos, con gran angustia, buscaban el modo de salvar a la empresa de la desaparición.

6.- Hace unos días anunciaron la estrategia que se les ocurrió para volver a ser relevantes en el mundo de hoy. Contrataron a siete nuevas embajadoras a quienes llamaron Colectivo VS. Todas son conocidas por sus logros y no por sus medidas corporales. Entre ellas están la futbolista de pelo rosa Megan Rapinoe, la actriz originaria de la India Priyanka Chopra Jonas, la modelo de talla grande Paloma Elsesser, Eileen Gu, una esquiadora de chino-estadounidense e incluso la modelo trasgénero Valentina Sampaio, entre otras.

7.- ¿Este giro de 180 grados será suficiente para salvar a Victoria’s Secret del abismo en el que se encuentra? Yo tengo mis dudas. Su pasado sexista en el que la mujer se adaptaba a las exigencias del consumo masculino, no solo es muy reciente sino que abarca toda la historia de la marca. Ese nuevo grupo de embajadoras puede ser percibido como una pandilla de actrices al servicio de los dueños del emporio. Y esto sería muy contraproducente. ¿Cómo vender calzones y brasieres de lujo en el Siglo XXI? Quizá las mujeres ya ni los quieren.