La pelota está en la cancha de Guadiana; ¿qué lo detiene?
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Antier, en San Luis y ante un grupo de defensores del medio ambiente en la Huasteca Potosina, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador adelantó que durante su mandato “no se utilizará el método del fracking para extraer petróleo ni gas” en el País.
Lo anunciado, cabe señalar, es consistente con su primer pronunciamiento público sobre el tema, con fecha 1 de agosto, un mes después de las elecciones.
También esta semana, pero en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en Washington, representantes de 126 organizaciones de 11 países de Latinoamérica advirtieron en audiencia los impactos actuales y potenciales de la fractura hidráulica, y presentaron recomendaciones encaminadas a proteger el territorio.
Por su parte Lenin Pérez Rivera, como legislador por el distrito 01 de Coahuila que comprende la Cuenca denominada “Burro-Picachos”, jurisdicción que se vería directamente involucrada en futuros proyectos de explotación de hidrocarburos, presentó días atrás (28 de septiembre) en la Cámara de Diputados una iniciativa para prohibir el fracking en México.
Si bien lo hizo utilizando el emblema del PAN, mismo que le permitió competir y llegar a la Legislatura, este partido –a diferencia de la UDC– no ha manifestado abiertamente su postura en el asunto, fiel a su historia contemporánea: espera que los demás se acomoden primero en la mesa y ocupen los lugares de privilegio, para ponerse después a su lado, en rol secundario, y cachar los beneficios que se repartan.
Hasta aquí se diría existe sinergia para proteger la vida, partiendo de la directriz que envía por segunda ocasión el mandatario más legitimado desde que hay democracia.
Aterrizar esto, sin embargo, requiere un proceso legislativo. Y a la ecuación falta un elemento importante: Armando Guadiana Tijerina.
El senador por Coahuila tomó posesión el 3 de octubre como presidente de la trascendental Comisión de Energía. En sus manos, pues, está la conducción del caso. En la Cámara Baja, por su parte, la Comisión homónima también fue asignada a Morena, a través del diputado tabasqueño Manuel Rodríguez González.
Guadiana ganó, desplazó al PRI, y particularmente al PAN, quien había monopolizado la posición en la Cámara Alta correspondiente a la entidad por tres periodos consecutivos, de 1999 a 2018. Y al ser un empresario minero afincado en la zona cero, por así decirlo, conoce a los barones que andan “zopiloteando” el negocio.
Le toca turno. ¿Por qué no mueve pieza?
Incluso el trabajo ya está hecho. El 3 de abril de 2014 un grupo de 90 diputados federales, integrantes de los grupos parlamentarios del PRD, PT, Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza, presentaron una iniciativa de “Ley General para la Prohibición de la Fractura Hidráulica”.
El texto se sustenta en varios inconvenientes: disminución de disponibilidad del agua para los seres humanos y ecosistemas, contaminación, contribución al calentamiento global, violaciones a derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, e inviabilidad económica. Como anexo, enlista 85 químicos utilizados en el fracking, algunos de los cuales pueden causar afectaciones a la salud como mutaciones y cáncer.
El documento lo firmaron en su día Ricardo Monreal (quien hoy encabeza la Junta de Coordinación Política del Senado, representando a Morena) y otros políticos que se ubican en la primera fila del equipo de López Obrador, como Luisa María Alcalde (propuesta para la Secretaría del Trabajo) y Alfonso Durazo (próximo titular de Seguridad Pública).
Bastaría con sacarlo de la congeladora y volver a ponerlo en el horno. No hay siquiera que cocinar uno nuevo, ya que las circunstancias referidas en la Exposición de Motivos entonces siguen siendo las mismas ahora.
CORTITA Y AL PIE
El mensaje depositado en las urnas de Coahuila el pasado 1 de julio fue muy claro: los ciudadanos decepcionados del tóxico bipartidismo encumbraron a Guadiana –no al PRI ni al PAN– como tercera vía y alternativa de cambio.
No perdamos de vista lo importante: la fractura hidráulica nació de la voluntad política del PRI y el PAN, amalgamada en la Reforma Energética de 2013.
LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS
Por ello, precisamente, se eligió a Guadiana: para representar el interés general, no para gestionar negocios particulares.
La pelota está en su cancha; ¿qué lo detiene?
@luiscarlosplata
