La resonancia de ‘El Ateneo’ / 2
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Muchas cosas tiene el Ateneo Fuente de Saltillo que lo hacen, como ya decíamos, una caja de resonancia, y sin duda la producción editorial que lo distinguió por tantos años es una de ellas. Especialmente la revista estudiantil “El Ateneo”, que tuvo larga vida: casi 30 años de publicación mensual.
La revista, editada por la Sociedad de Alumnos “Juan Antonio de la Fuente”, siempre contó con el respaldo institucional del Ateneo Fuente, incluso ocasionalmente, por lo menos en los inicios, con una pequeña subvención otorgada por el gobierno del estado. Los encargados eran responsables en su totalidad de la revista, al mismo tiempo que debían cuidar del prestigio del colegio, no sólo en lo que publicaban sino también en el manejo de los recursos económicos obtenidos de la venta de anuncios comerciales, por lo que cuando no había subvención económica el administrador debía moverse rápidamente para conseguir más anunciantes y obtener los fondos necesarios para la impresión de la revista.
Desde los primeros números de “El Ateneo” resalta el cuidado y el oficio editorial, en el que se fogueaban generalmente los estudiantes que deseaban ser escritores y poetas. La revista se editó prácticamente en el mismo formato, limpio y a veces con alguna viñeta y adornos tipográficos, impresa siempre con mucho aire en sus páginas, un formato que conservó, casi siempre, durante sus tres décadas de vida. Secciones definidas alojaban las colaboraciones literarias y las de tipo científico, precedidas por el artículo editorial y seguidas por la sección de anuncios, a veces repartida entre las páginas iniciales y las finales, y el directorio de profesionistas. Las fotografías insertas siempre aparecen impresas en papel couché, igual que muchas de las cubiertas.
Los nombres de los grandes poetas y escritores coahuilenses de la primera mitad del siglo pasado están ligados a la revista “El Ateneo”, ya como directores, administradores, redactores y/o colaboradores, y desde los primeros números puede verse la participación de los maestros del Ateneo. Los poemas de Margarito Arizpe Rodríguez, maestro y posteriormente director de la institución de 1938 a 1940, así como las colaboraciones literarias en prosa y verso del profesor de literatura Manuel J. Rodríguez, autor de la famosa “Anthología de Poetas y Escritores Coahuilenses”, publicada en 1926. Pocos meses después de su fundación, el número de septiembre de 1921 publica el ensayo “Hidalgo”, del maestro José García de Letona, y en general las colaboraciones del maestro Hildebrando Siller, de Felipe Sánchez de la Fuente, Sergio R. Viesca, Jesús Flores Aguirre y, desde luego, de don José García Rodríguez, maestro y director del Ateneo en tres ocasiones y quien seguramente alentó el nacimiento de la publicación.
En los años treinta, el maestro de Dibujo constructivo y de imitación, Eugenio David Reyes, dibujó en tinta china varias portadas para la revista. Sus dibujos muestran siempre a Atenea y los distintos símbolos de la sabiduría y el conocimiento, y en la parte superior el templo griego dedicado a la diosa. Ya alojado el Ateneo en su nuevo edificio del bulevar Carranza, el dibujante sustituyó el templo por la silueta de la nueva casa del Ateneo, el nuevo templo del saber.
En la época de la revista “El Ateneo” hubo otras publicaciones escolares, como las revistas “El Normalista”, de la Escuela Normal de Coahuila, y “Minerva”, del desaparecido Colegio Roberts, pero la diferencia radicó en que estas estaban dedicadas sólo a los asuntos estudiantiles y no reflejaron la cultura de Coahuila como “El Ateneo”, que dejó tras de sí toda una enseñanza de trabajo editorial, continuado por varios años en otras revistas del mismo Ateneo Fuente, y que finalmente declinó en la década de los sesenta.