La vida me supera
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Vaya semana la que recién concluyó con las noticias tanto nacionales como locales de muertes de niñas y bebés tanto con premeditación, alevosía y ventaja de sus asesinos como por accidente de su propia progenitora.
Es cierto que con tanto bombardeo de este tipo de información lo que menos quiere mucha gente en caso de tener oportunidad de ir al cine o ver alguna película en alguna plataforma de streaming es ver más trabajos que los enfrenten a crudas realidades, y pues para eso hay opciones como la que dimos el jueves pasado de recomendaciones en salas cinematográficas como la de “Sonic: La película”, de Jeff Fowler, entre otras más.
Pero en caso de que usted busque explorar realidades de otros países que de otras formas están no solo afectando, sino también en algunos casos acabando con las vidas de una generación de infantes a los que pareciera que por desgracia les tocó nacer “en el lugar y momento menos indicado” Netflix tiene disponible, además de largometrajes documentales ganadores o nominados al Oscar que recomendamos en espacios anteriores como los de “American Factory”, de Steven Bogart y Julia Richert, o “Al filo de la democracia”, de Petra Costa, de manera respectiva, otro trabajo de este género nominado en la pasada entrega en la terna al Mejor Cortometraje Documental, aunque en realidad se trata de un estremecedor mediometraje titulado “La vida me supera” (“LIfe overtakes me”).
“La vida me supera” inicia con una toma en picada de un bosque cubierto de nieve para en forma inmediata presentarnos el primero de varios casos de niñas y niños que son hijos de inmigrantes de países como los Balcanes o Rusia, quienes luego de haber podido cruzar la frontera para asentarse en Suecia y aparentemente haber dejado atrás una vida llena de riesgos y peligros para toda la familia se enfrentan a una nueva y silenciosa pesadilla: el que uno o una de sus hijas se vea afectado con una extraña enfermedad conocida como “el síndrome de la resignación” que es un estado de catatonia como una especie de coma ocasionada por un shock postraumático de lo que vivieron en sus países de origen y la negación propiciada por su inconsciente ante el riesgo que con una deportación.
Este trastorno que ahí explican psiquiatras y especialistas ha tenido cura para algunos y algunas tras meses e incluso años de inconsciencia, pero ha llegado inclusive a sacar a uno de los integrantes de esta familia de ese estado para luego “contagiar” a otro de los infantes, y es tan solo otra muestra como dicta tan atinadamente su título que la vida que se está llevando en la actualidad a nivel global está superando los ahora sí que idílicos estados de bienestar del pasado donde los tejidos sociales estaban menos deshilvanados, y particularmente nuestras poblaciones infantiles son las más vulnerables a la realidad tan violenta y desgarradora que viven en sus entornos día con día. Un trabajo que combina por tanto el conocimiento científico con la denuncia en tiempos de “fake news” que vale la pena explorar.
Comentarios a: galindo.alfredo@gmail.com; Twitter: @AlfredoGalindo