Las odiosas comparaciones, pero…

Es sus primeros tiempos el fascismo de Benito Mussolini fue eminentemente contestatario: “Nosotros hemos rasgado todas las verdades reveladas, hemos escupido sobre todos los dogmas, hemos rechazado todos los paraísos y escarnecido a todos los charlatanes”.  En junio de 2016, al concluir la marcha ‘‘en defensa de los maestros ultrajados, heridos, perseguidos o que han perdido la vida’’, López Obrador expresaba que era indispensable derrocar “…al régimen del PRIAN como se hizo con Porfirio Díaz, pero sin violencia, con una revolución de las conciencias’’. Mussolini era hombre voluntarioso, temerario: “El fascismo es una gran movilización de fuerzas materiales y morales. ¿Qué se propone? Lo decimos sin falsa modestia: gobernar la Nación... para asegurar la grandeza moral y material del pueblo italiano”. Su partido conquistaría el poder “en una democracia liberal europea, con la declarada intención de destruirla”, tal y como lo consigna Emilio Gentile en su texto La vía italiana al totalitarismo. Mussolini no tuvo empacho en manifestar – 23 de marzo de 1921 – al conmemorar los 2 años de la fundación de los fasci di combatimento, con su tono burlón y desafiante: “Nos permitimos el lujo de ser aristocráticos y democráticos; conservadores y progresistas; reaccionarios y revolucionarios; legalistas y anti legalistas, según las circunstancias de tiempo, de lugar, de ambiente, en una palabra, de Historia, en las cuales estamos obligados a vivir y obrar”. Los veinte años siguientes darían cuenta de que su discurso distaba mucho de ser una simple diatriba de amenazas, así gobernó. Todo dependía de su voluntad dictatorial, sin importar la serie de atrocidades que se cometieron en el infausto trayecto. Me queda claro que México no es la Italia posterior a la Primera Guerra Mundial en la que vivió el Duce, abatida por una severa crisis económica y política, sin embargo si hay un punto de convergencia, el hartazgo social. Mussolini aprovechó esa situación para hacerse de la voluntad de sus coterráneos y convencerlos de que él y nadie más que él podía sacarlos del caos que estaban padeciendo. México ha sufrido décadas de corrupción e impunidad, y hemos visto como un montón se sinvergüenzas y vividores paridos, amamantados y criados en el sistema, se han hecho ricos y con ellos su descendencia, hasta la grosería, hasta la ignominia, en un país en que las diferencias entre vivir y subsistir, están a flor de piel. López Obrador es astuto, Platón escribió que los astutos vencen siempre en el primer momento. Es factible que se trate de una cualidad necesaria para afrontar retos bien difíciles, pero se le vincula con el engaño y su lejanía de la inteligencia, y cuando se descubre es fatal. El trayecto de López Obrador a la presidencia de la república está marcado por bloqueos, protestas, movilizaciones, amarres con el activismo político de grupos radicales y también con hombres muy poderosos$$$$. Recursos no le han faltado nunca. Sus mecenas han sido muy generosos y paga bien los favores, lo estamos viendo. Bueno…y además es dueño de Morena, tiene su propio partido político, por eso no reviste la menor importancia lo que devenga como salario presidencial. Por eso de AUSTERIDAD se come un taco..

Ya tiene guardia civil, fiscal a modo, aliados en la SCJN, etc. Hoy está centrado en la reforma Educativa, de acuerdo al resumen presentado por él mismo y su secretario de Educación, la reforma va de acuerdo con sus aliados de la CNTE, no habrá evaluación “punitiva” – de modo que calificar el desempeño para que frente a grupo estén los mejores maestros, es sinónimo de castigo y de vulneración de sus derechos laborales – porque ese es el punto toral…y por cuanto a la vendimia de plazas magisteriales que quieren los lideretes que les regresen, pues ahí sí va a haber lío, porque el caudillo no se anda con chiquitas cuando de dinero se trata, ahí nomás el gobierno. Además ya les pagó por adelantado, 40 curules no son cualquier cosa. La oposición tiene todo un desafío por delante, saliendo la reforma constitucional lo demás es pan comido para el mesías de Macuspana.

Hoy día la desconfianza de los gobernados hacia sus gobernantes está en jaque, aunque la euforia temporal esté aupando a López Obrador. Decía Oscar Wilde que “las grandes exaltaciones siempre terminan en grandes fracasos”. Hay un PRI cuesta abajo, un PAN en su laberinto que tiene que recuperar su congruencia o va a pasar al rincón de los olvidos, un PRD casi borrado y marchando hacia Morena. Por mencionar a los tres clásicos. Y una fila buscando su registro ante el INE para convertirse en partido, amén de lo que ocurre en las instancias locales. La exhibición de una clase política cada vez menos profesional, pues muchos no tienen ni idea de lo que esta disciplina implica, sin valores ni ética, otros brincando de partido en partido porque lo único que quieren es seguir pegados a la ubre. Esta gente es la que ha convertido a la política en una suerte de prostitución, nada más que quienes se dedican al oficio más antiguo del mundo por lo general no engañan a su clientela, pero estos…