Liberales conservadores
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Benito Juárez inició sus primeros estudios en el Seminario de Oaxaca, que después abandonó
Cuatro años antes de que el cura Miguel Hidalgo y sus seguidores iniciaran la guerra por la Independencia de la Nueva España, el 21 de marzo de 1806, nació en San Pablo Guelatao un niño zapoteca.
Conforme a la costumbre, los padres consultaron el santoral católico para bautizar a la criatura: el 21 de marzo (equinoccio de primavera) el calendario señala la fiesta de san Benito de Nursia, Umbría,… y Benito se llamó.
El santo fue un monje a quien se considera el iniciador de la vida monástica en Occidente y, por si fuera poco, es el patrón de Europa.
Fundó la orden de los benedictinos cuyo fin era establecer monasterios basados en la autarquía; es decir, autosuficientes. Muchos se organizaron en torno a la iglesia de planta basilical y el claustro.
En la actualidad es muy popular entre grupos católicos, la cruz y medalla de San Benito cuyo poder, sostienen sus fieles, radica en Cristo, quien otorga a la Iglesia y por buena disposición de quién la usa.
Con el nombre de ese santo, Benito Juárez García, inició sus primeros estudios en el Seminario de Oaxaca, que después abandonó.
De pensamiento liberal, impulsó las Leyes de Reforma que, entre otras acciones quitó privilegios al clero. Esas medidas le ganaron muchos enemigos, “los conservadores” -diría el presidente Andrés Manuel López Obrador- pero también aliados, “los liberales”, cuya ideología sigue enfrentándose hasta la actualidad.
Y hay otro Benito relacionado. Hace tiempo que dejó de ser una curiosidad histórica conocer la razón por la que Benito Mussolini, dictador italiano de la primera mitad del siglo 20, fue bautizado con ese nombre.
El padre del líder italiano fundador del fascismo -la llamada “tercera vía” que irrumpió con fuerza en la refriega que entonces se desarrollaba entre el capitalismo y el marxismo- admiraba al presidente Benito Juárez de México.
En efecto, Alessandro Mussolini, herrero y revolucionario anarquista, consideraba al Ejecutivo liberal mexicano, de origen zapoteco, una de las figuras socialistas más icónicas de Latinoamérica.
El nombre completo del “Duce” era Benito Amilcare Andrea Mussolini Maltoni, en honor del político mexicano y de dos revolucionarios italianos.
Excepcionalmente inteligente, el futuro aliado del Eje Berlín-Roma-Tokio, se educó primero en la escuela de su pueblo, y luego en un internado salesiano de Faenza, de donde fue expulsado por su rebeldía y continuas peleas.
La ideología fascista de Mussolini tendría una expansión territorial sin precedentes y despertaría la pasión de las masas en todos los continentes, elemento clave en el desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial.
Liberales conservadores Cuatro años antes de que el cura Miguel Hidalgo y sus seguidores iniciaran la guerra por la Independencia de la Nueva España, el 21 de marzo de 1806, nació en San Pablo Guelatao un niño zapoteca.
Conforme a la costumbre, los padres consultaron el santoral católico para bautizar a la criatura: el 21 de marzo (equinoccio de primavera) el calendario señala la fiesta de san Benito de Nursia, Umbría,… y Benito se llamó.
El santo fue un monje a quien se considera el iniciador de la vida monástica en Occidente y, por si fuera poco, es el patrón de Europa.
Fundó la orden de los benedictinos cuyo fin era establecer monasterios basados en la autarquía; es decir, autosuficientes. Muchos se organizaron en torno a la iglesia de planta basilical y el claustro.
En la actualidad es muy popular entre grupos católicos, la cruz y medalla de San Benito cuyo poder, sostienen sus fieles, radica en Cristo, quien otorga a la Iglesia y por buena disposición de quién la usa.
Con el nombre de ese santo, Benito Juárez García, inició sus primeros estudios en el Seminario de Oaxaca, que después abandonó.
De pensamiento liberal, impulsó las Leyes de Reforma que, entre otras acciones quitó privilegios al clero. Esas medidas le ganaron muchos enemigos, “los conservadores” -diría el presidente Andrés Manuel López Obrador- pero también aliados, “los liberales”, cuya ideología sigue enfrentándose hasta la actualidad.
Y hay otro Benito relacionado. Hace tiempo que dejó de ser una curiosidad histórica conocer la razón por la que Benito Mussolini, dictador italiano de la primera mitad del siglo 20, fue bautizado con ese nombre.
El padre del líder italiano fundador del fascismo -la llamada “tercera vía” que irrumpió con fuerza en la refriega que entonces se desarrollaba entre el capitalismo y el marxismo- admiraba al presidente Benito Juárez de México.
En efecto, Alessandro Mussolini, herrero y revolucionario anarquista, consideraba al Ejecutivo liberal mexicano, de origen zapoteco, una de las figuras socialistas más icónicas de Latinoamérica.
El nombre completo del “Duce” era Benito Amilcare Andrea Mussolini Maltoni, en honor del político mexicano y de dos revolucionarios italianos.
Excepcionalmente inteligente, el futuro aliado del Eje Berlín-Roma-Tokio, se educó primero en la escuela de su pueblo, y luego en un internado salesiano de Faenza, de donde fue expulsado por su rebeldía y continuas peleas.
La ideología fascista de Mussolini tendría una expansión territorial sin precedentes y despertaría la pasión de las masas en todos los continentes, elemento clave en el desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial.