Liova y su mensaje convertidor
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Ahora que volvió la moda del rap.
De los jóvenes que salen en la tele, que suenan en la radio o aparecen en las redes sociales echando rimas.
Me acordé de un rapero cuya historia contó el Semanario en marzo de 2016.
No es un rapero cualquiera, es un rapero cristiano que merodea por las colonias Nazario, Omega, Asturias, al norponiente de la ciudad.
Y sus rimas son eso, una alabanza, un tributo a Cristo
No se trata de cantar por cantar, sino de entregar en las rimas un mensaje edificante.
Me decía este rapero, cuyo nombre artístico, el de batalla, es MC Liova.
A Liova, como le digo de cariño, lo conocí hace unos cuatro años, cuando ofrecía un concierto urbano en las colonia Nueva Tlaxcala, un barrio que por tradición ha sido escenario de trifulcas y asesinatos por parte de las pandillas.
Y fue ahí, una tarde fresca de febrero que vi a Liova por primera vez echando sus rimas de esperanza.
Rodeado de chavos banda y las infaltables doñas del barrio.
Tenía entonces algo así como 20 años, pero la madurez y el temple de un muchacho hecho en las vicisitudes, las desventuras de la vida.
La historia de Liova, no es la del clásico pandillero que después de haber cometido todo tipo de crímenes, se arrepiente y se dedica a rescatar ovejas perdidas.
No.
Liova no conoce las drogas ni el alcohol, tampoco ha pertenecido a clina ninguna, no ha andado en broncas callejeras ni matado a nadie.
Lioba no proviene de ese mundo.
A pesar de que vivió en carne propia el infierno que trajo a su casa el alcoholismo de su padre, hoy convertido al cristianismo.
Pero también vivió el cielo de su madre, que nunca perdió la esperanza en que las cosas cambiarían.
Y cambiaron.
Liova se transformó en lo que es.
Un rapero cristiano que en cada una de sus rimas da gloria el Creador por todo lo bueno que ha hecho y sigue haciendo por su familia.
Lo único que necesitó fue un estudio casero de grabación construido por él mismo, con sus manos, con su corazón, y que presta generosamente a quien quiere ir a alabar el nombre de Dios con sus rimas.
Hombre sencillo, paciente y noble es Liova que regala a los demás todo lo poco que tiene con el interés único de agradar al Señor.
Algunas veces lo he visto en las plazas públicas echando sus rimas al viento, que no son como gritos en el desierto porque pandilleros consumados se han convertido gracias a su canto.
Otras veces lo he visto en las redes sociales presentando sus videos.
Llegando cada vez más lejos al corazón de los hombres...
A veces pensamos ‘¿pos esto para qué nos sirve?’, a lo mejor la gente lo ve como
sin chiste, ‘rapean y ya’, pero no, la semilla se siembra y se siembra en los corazones.
““Que te diga un pandillero ‘¿sabes qué?, quiero cambiar’, eso es algo grande. Te das cuenta de que lo que haces obra un cambio en las vidas”, dijo aquella vez Liova.
SALTILLO de a pie
Jesús Peña