Lo que define tu vida
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Cuatro factores han definido lo que eres: (i) el desarrollo prenatal cerebral, (ii) el aprendizaje temprano, (iii) el control de las emociones y (iv) el nivel socioeconómico
Por: OMNIA
Un estudio realizado por el Banco Mundial encontró que los niños bien atendidos y alimentados en la primera etapa de su vida, tuvieron más probabilidades de escapar de la pobreza cuando adultos, y obtuvieron ingresos hasta 50% superiores a los de sus pares que habían sufrido retraso en su desarrollo. Sin embargo, la desnutrición no es el único factor que influye en la disminución del futuro éxito de un niño como adulto.
La falta de cuidados y de cariño, y la exposición a situaciones de estrés, que se ven con frecuencia en niveles socioeconómicos bajos, pueden causar en los menores daños irreversibles para el resto de su vida.
Un grupo de expertos del Banco Mundial que dió una conferencia sobre los efectos de la adversidad en el desarrollo de los niños, destacó cuatro razones clave por las cuales es sumamente importante invertir en las primeras etapas de la niñez.
Esos cuatro factores, que veremos en seguida son: el desarrollo cerebral prenatal, el aprendizaje temprano, el alejamiento del estrés y el nivel socioeconómico.
Lo que serás empieza en el vientre
El cerebro de un ser humano se empieza a desarrollar en la cuarta semana de embarazo, y depende en gran medida de la nutrición que reciba la madre y de las situaciones a las que ella se enfente durante ese periodo.
Pero la individualidad del nuevo ser se construirá también en base a su herencia biológica (es decir a sus genes) y a sus experiencias personales.
Nuestros genes son una parte muy importante del desarrollo, pero las experiencias, buenas o malas, hacen que los circuitos cerebrales de cada individuo se conecten de manera diferente.
Incluso en gemelos idénticos, los cerebros se desarrollan de manera distinta, acorde a sus propias experiencias en las primeras etapas de su vida.
El cuidado de los padres
Los cimientos de la arquitectura cerebral se establecen gracias a las experiencias tempranas del infante, las cuales se basan, principalmente, en el cuidado de los padres o de la persona a cargo del bebé.
Si bien todas las experiencias y estímulos ayudan en el desarrollo, el resultado depende en gran medida de los primeros ambientes en el que vive el infante.
Cuando los bebés escuchan a las personas hablar, los sistemas neurales, responsables del habla y del lenguaje, reciben la estimulación necesaria para organizarse y funcionar.
Pero si la exposición apropiada no ocurre, las conexiones no se desarrollan o lo hacen de forma diferente a lo esperado. Y debido a que el cerebro se adapta a su entorno, se acomodará a un ambiente negativo con la misma facilidad con que se adaptaría a un ambiente positivo.
La Estimulación temprana
Un estudio sobre la infancia, realizado en Jamaica, demostró que lactantes y niños de corta edad que se beneficiaron de actividades de estimulación temprana, respondieron mejor al aprendizaje, cuando esos niños llegaron a la adolescencia o a la adultez.
La interacción constante de los niños con los padres o con las personas a cargo de ellos, involucra una motivación positiva y adecuada, que crea formas de aprendizaje muy importantes para la vida adulta.
Y los programas preescolares de alta calidad contribuyen a mejorar el aprendizaje cuando el niño ya asiste a la escuela formal. De manera que las actividades tempranas con los bebés son esenciales en la formación de adultos exitosos que no solo resultan más hábiles para el aprendizaje de nuevos conceptos, sino que contribuyen a la formación de adultos que suelen controlar sanamente sus emociones.
Lo que hace el estrés
El tipo de estrés y el momento en el que se presenta, determinan el tipo de impacto en el desarrollo cerebral. Responder correctamente a situaciones de estrés es clave para nuestro éxito en la vida como adultos.
El Consejo Científico Nacional sobre el Desarrollo del Niño (National Scientific Council on the Developing Child) clasifica al estrés en tres tipos:
Estrés positivo: es moderado, breve y, en general, parte normal de la vida (por ejemplo, entrar en un nuevo entorno de cuidado infantil). Aprender a adaptarse a este tipo de estrés es un componente esencial del desarrollo saludable.
Estrés tolerable: incluye situaciones que tienen el potencial de alterar negativamente el cerebro en desarrollo, pero ocurren con tan poca frecuencia que dan tiempo al cerebro para recuperarse (por ejemplo, la muerte de un ser querido).
Estrés tóxico: activa fuerte, frecuente y prolongadamente el sistema de respuesta al estrés del cuerpo (por ejemplo, abandono, maltrato o negligencia crónica en el cuidado del bebé).
Daños perturbadores
Así como las experiencias positivas pueden ayudar con el desarrollo saludable del cerebro, las experiencias del maltrato infantil u otras formas de estrés tóxico, como la violencia doméstica, pueden afectar negativamente el desarrollo del cerebro. Esto incluye cambios en la estructura y actividad química del órgano y cambios en el comportamiento emocional y en la forma de conducta del niño.
Por ejemplo, el desarrollo saludable del cerebro incluye situaciones en las que los balbuceos, gestos o gritos de los bebés, provocan reacciones diferentes en sus padres, apropiadas o no.
Y si los niños viven en un mundo caótico o amenazador, en el que los responsables de su cuidado responden con abuso, agresiones (o no responden), sus cerebros pueden volverse hiperalertas y su percepción del mundo se altera, con lo cual sus respuestas podrían ser negativas o violentas ante la mayoría de las situaciones cotidianas.
El efecto de la pobreza
Entre los principales elementos de la pobreza que tienen un impacto perjudicial en el desarrollo, se deben mencionar la mala nutrición, las enfermedades infecciosas y el estrés.
El descuido, la falta de atención y la negligencia en las etapas tempranas, son también factores que alteran el desarrllo cerebral. Esos elementos suelen tener efectos a largo plazo, incluso en el desarrollo del lenguaje del infante.
Pero el cerebro tienen un alto grado de plasticidad, y en menor o mayor medida, seguirá aprendiendo y desarrollándose para apropiarse de las nuevas experiencias, positivas o negativas de su ambiente.
La complejidad cerebral derivada de las etapas tempranas da lugar a funciones cognitivas y socio-emocionales que se fusionan para formar las habilidades que se adquirirán posteriormente en la vida.
El cerebro es la fuente de nuestros conocimientos y de nuestras emociones, y es sin duda el órgano más importante del cuerpo. Por eso su desarrollo debe estimularse con aprendizajes y retos que aseguren mantenerlo lúcido y activo a lo largo de toda vida. (Tomado de un informe reciente del Banco Mundial)