Lo que no se vale
COMPARTIR
TEMAS
Iban en marcha a presentar peticiones o exigir decisiones.
Se ha extendido en el mundo esta forma de sustituir el encuentro dialogante administrativo de trámite por la presión de una presencia multitudinaria. Ni siquiera es una exhibición callejera. Los únicos ojos espectadores en las calles de ciudad universitaria eran los de las cámaras televisoras que iban captando cada avance, en el número y en la participación humana, de los 30 mil estudiantes.
Y es que en una manifestación anterior, frente a rectoría, se dio la agresión que golpeó e hirió a los manifestantes. Algunos fueron hospitalizados en estado de gravedad. La reacción inmediata fue la convocación, la marcha, las pancartas y las porras contra esas acciones violentas deshumanizadas.
El apoyo unánime, sin diferencias, se dio por facultades y por otros centros educativos. Las peticiones ahora podrán ser aumentadas por sugerencias de quienes se han reunido en asamblea dentro del tiempo de paros solidarios.
Hay gotas que derraman el vaso. La presencia de lo que no se vale estremece la sensibilidad comunitaria y produce una inmediata reacción de protesta. Todos se sienten ofendidos y se identifican con los lastimados. Se hacen todos conscientes de su potencia solidaria y esperan respuestas suficientes e inmediatas.
Hubo energía dentro de la protesta pacífica. El cáncer de la violencia se ha extendido en el País, pero no hay conformismo ni pasividad, sino se dan siempre brotes de indignación y de reclamación frente a quienes tienen encomiendas de seguridad pacificadora.
Especialmente los ambientes de estudio e investigación requieren equilibrio y tranquilidad para lograr sus objetivos. Era ejemplar ese caminar en compañerismo y convicción, sin excesos ni dislocaciones, en la unidad del objetivo común de no quedar indiferentes frente a una lesión clara de derechos fundamentales.
Ahora que se caminan sendas de reconciliación y diálogo, de lucidez y sensatez, intentada con múltiples medios, en el ocaso de un régimen y en la inquieta sala de espera de un arranque transformador, este ejemplo universitario ha de reforzar la exclusión de insulto, golpe, herida, o impacto letal ofensivo y destructivo.
La apertura que se anuncia con la inclusión en las facultades de los que antes se rechazaban, requerirá la posterior selección interna que ha de activarse como prevención y seguridad para todos.
El autoarbitraje de la conciencia colectiva se encarga de señalar la infracción cuando las reglas de convivencia sufren la irrupción de lo que no se vale. Entonces 30 mil voces se levantan para decir ¡basta!, ¡fuera!... como un organismo sano que se libra de un virus...