Los golpes de Estado que vienen
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El único y el primero que habló de un “golpe de Estado” en México fue MALO, en una de sus mañaneras y de ahí se soltó mencionando eso en cuanto micrófono y tribuna le pusieron en frente.
Después, sus acólitos, apóstoles y monaguillos tomaron tal expresión como si recitaran el catecismo e inundaron redes y medios con la misma cantaleta.
Les platico: hablé con un General de División retirado muy prestigiado y me dijo que si un día cualquier militar se amafia con un grupo que busque levantarse en armas contra el gobierno mexicano, traicionará con su intento al Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas y traicionará también al grupo disidente con quien se una.
Ahora que estuvimos con militares en reserva de los ejércitos de Venezuela y Polonia, me preguntaron si había la posibilidad de que en México se diera un levantamiento en armas.
“Cero”, les respondí categóricamente y les agregué que los soldados y marinos mexicanos son de una lealtad que poco se ve en el mundo, y me apoyo para decir eso en haber convivido durante muchos años con gente de las fuerzas armadas, de todos los niveles.
Salió a colación el “EZLN”, el “Ejército Zapatista de Liberación Nacional” que salió a la luz pública el 1 de enero de 1994, liderado por el tal “Sub comandante” Marcos.
Y les dije que estoy totalmente convencido de que es un remedo de “ejército” que solo ha cumplido con un afán propagandístico que encandiló durante un tiempo a pocos mexicanos y que cobraron notoriedad por la simpatía que provocó Marcos en Francois Miterrand y su viuda Danielle, quien murió en 2011.
“Lo que sí creo que va a ocurrir en México”, dije en este viaje, “es que se están gestando golpes de Estado feministas, económicos, educativos, de seguridad, de salud, de medios y legislativos”.
1.- Golpe de Estado feminista: ¿A qué me refiero? La iniciativa para que ninguna mujer se mueva el nueve de marzo es de hecho un levantamiento pacífico equivalente a un golpe de Estado sin armas de por medio, porque va a ser la manifestación tangible de millones de mexicanas que exhibirán de esa manera, la ineficacia del gobierno de la 4T para impedir que 10 de ellas sean muertas violentamente cada día a manos de esposos, parejas, concubinos, novios, amigos u lo que sean.
En su brutal insensibilidad, MALO estuvo a punto de boicotear este movimiento al anunciar en una de sus patéticas mañaneras, que precisamente el 9 de marzo iniciaría la venta de los cachitos de la no rifa del avión.
Recapacitó y luego dijo que “podrá ser el lunes 9 o el martes 10, no importa el día, pero la venta de los cachitos se va a dar”. Tan fácil que hubiera sido no mancillar de esa forma el día señalado por las mujeres para protestar, pero ya no se puede esperar nada congruente por parte de ese señor.
2.- Golpe de Estado económico: Imaginemos por un instante lo que va a ocurrir cuando millones de mexicanos decidamos un día, dos, o los que el cuerpo aguanten, no gastar un solo peso en gasolina ni en otro tipo de consumos de los llamados intermedios, dejando fuera -de momento- los básicos?
Ese día -o esos- el gobierno dejará de recibir lo que alimenta su ego y su arrogancia totalitaria: El dinero que mueve sus estructuras clientelares, su burocracia, sus movimientos, su vida.
Al frenarse en seco el circulante monetario, nuestra divisa adquirirá su real valor frente al dólar, y dejarán de decirnos en la 4T que el “fortachón” peso se está metiendo al debilucho dólar y esto es signo de que la economía está bien.
3.- Golpe de Estado educativo: Los habitantes de las zonas urbanas no podemos imaginar lo que significa para un maestro rural, tener metidos en una sola aula a niños de 6 años, mezclados con otros de 7,8,9,10,11 y más años, tomando en una sola clase el equivalente a los seis grados de primaria. También escapa a nuestra imaginación y entendimiento, lo que ocurre con cada uno de esos niños y adolescentes, recibiendo una “educación” escolar no de 4ª, sino de 5ª.
¿Qué pasaría si todos los padres de familia dejaran a sus hijos en sus casas un día, dos, o los que el cuerpo aguanten, sin ir a las escuelas?
Harían colapsar al sistema escolar mexicano y eso sería un Golpe de Estado educativo.
4.- Golpe de Estado en seguridad: La Guarida Nacional está formada por elementos de la extinta Policía Federal que fueron obligados a irse al feudo de Alfonso Durazo.
(Aclaro, le llamo “Guarida” porque es donde se refugian las incapacidades de quien le ha renunciado varias veces a MALO pidiéndole que lo deje irse a hacer campaña para la gubernatura de Sonora, donde se quiere jubilar. Es que a la seguridad no le sabe).
Un día, dos o los que el cuerpo aguanten, si un solo elemento de la Guarida haciendo su jale, siendo secundados por las policías estatales, municipales, soldados y marinos, colapsaría al País entero y eso sería un Golpe de Estado en seguridad.
5.- Golpe de Estado en salud: Solo alguien que esté viviendo ese calvario sabe lo que es tener a un pariente enfermo de cáncer sin poder recibir las medicinas programadas para cada día, porque no hay en el IMSS, ni en el ISSSTE, ni en las clínicas de Pemex, ni en las de universidades, ni en ningún centro hospitalario y de atención médica públicos.
Un día, dos o los que el cuerpo aguanten de los familiares de cada paciente rodeando a mano-cadena cada centro de salud público sin dejar entrar ni salir a nadie, pondría en jaque al gobierno y esto sería un Golpe de Estado en salud.
6.- Golpe de Estado de medios: Un día, dos o los que el cuerpo aguanten sin gente posteando “noticias” en sus redes ni periodistas ni editorialistas escribiendo en sus medios, le quitaría al gobierno el altavoz del que hoy abusa para adoctrinar a las masas sobre temas de ideología casi religiosa. Este sería un Golpe de Estado de medios que sumiría a la 4T en una mudez a la que difícilmente sobreviviría.
7.- Golpe de Estado legislativo: Un día, dos o los que el cuerpo aguanten sin legisladores en sus curules liberarían a México de babosadas como andar cambiándole el nombre a Estados, ciudades y calles; guardar un minuto de silencio por la muerte del gato del presidente de la Gran Comisión; de inscribir con letras de oro en el recinto legislativo el nombre de Juan Gabriel; de tomarle la propuesta al suplente del titular que abandonó el cargo para buscar otro hueso; o autorizar el cambio de partido a un advenedizo convenenciero; o ponerle un examen de párvulos al amigo del Palacio Nacional que sustituirá como embajador al cleptómano que corrieron los argentinos.
Esto sería un Golpe de Estado legislativo y millones de mexicanos estaríamos de fiesta por semejante acontecimiento.
Estoy encendiendo en éste momento, una veladora a la virgencita de Guadalupe para pedirle que éstos 7 Golpes de Estado se den pronto, para bien de México y de los mexicanos.
CAJÓN DE SASTRE
“¿Qué otro tipo de Golpe de Estado se te ocurre a ti, amable lector?’”, pregunta por mí la irreverente de mi Gaby.
placido.garza@gmail.com
Plácido Garza