Los ilustres olvidados: SEC abandona a Acuña en aniversario de natalicio
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El espacio en el Panteón de Santiago, donde reposan los restos de algunas de las figuras más importantes de nuestro estado, muestra una escena desolada y signos de abandono.
El último sitio de descanso de figuras como el poeta Manuel Acuña, el pintor Rubén Herrera y el gobernador Nazario Ortiz Garza, la Rotonda de los Hombres Ilustres, se presenta ante sus pocos visitantes en un estado de abandono. Algunas de las lápidas están totalmente cuarteadas y la escasa vegetación apenas sirve de sombra al amanecer.
El piso de cemento, encharcado por las recientes lluvias, no ayuda a mejorar la imagen, que debería ser espacio digno para los restos de tan importantes personalidades que en ese terreno reposan.
Alberto Alvarado, administrador del Panteón de Santiago, fue quien, en primer lugar, nos proporcionó acceso a la Rotonda, que se encontraba cerrada con candado cuando llegamos. Nos explicó que tiene cuatro meses en el cargo y que durante el primero de ellos que decidió limitar el acceso tanto a este espacio como al que ocupan generales y capitanes revolucionarios en otra parte del cementerio. “Al mes empecé a ver basura, yo la recogía pero seguía apareciendo, y es que como está sombreado, la gente la usa (la rotonda) de placita”.
No se trata de impedir el acceso a los visitantes, sino simplemente colocar una barrera para evitar que este tipo de faltas sucedan. Aclaró que a quien lo solicita se le permite la entrada, público general, reporteros e investigadores, excepto investigadores paranormales, “no queremos hacer un show de esto”, mencionó.
Como nuevo encargado aseguró estar preocupado por el mejoramiento de estos espacios. Uno de estos esfuerzos fue el acondicionamiento del sistema hidráulico.
“La presión del agua no era suficiente, y había que regar todas las plantas de aquí a manguerazo o cubetazo. Pero ya acondicionamos esta”, dijo mientras mostraba una salida de agua dispuesta dentro de la misma rotonda para el riego y posteriormente comprobó cómo los árboles y arbustos han comenzado recuperar su verdor.
Sin embargo, su rango de acción es limitado, no sólo por cuestiones de presupuesto, sino porque muchos de los movimientos dentro de la Rotonda deben ser aprobados por el Congreso del Estado. “A través de un proveedor vamos a darle una pulida a las lápidas que se conservan mejor, las que ya se las echó el paso del tiempo deben ser reemplazadas. Pero como el Congreso aquí tiene autoridad, yo no puedo llegar y quitar una lápida y arreglarla”.
Las tumbas reciben una limpieza periódica, cada ocho días, y cada una dispone de un ramillete de flores artificiales blancas, más las flores y adornos que sus visitantes ofrendan, que son mínimos. Solo la tumba de Acuña recientemente recibió la visita de su fiel María del Refugio quien sigue pagando el mantenimiento de ésta desde hace más de cinco años. Este año el arreglo floral por la fecha de su nacimiento brilló por su ausencia. La Secretaría de Cultura no se acordó (otra vez) de llevarle uno con motivo de su aniversario.
Aún más olvidados se encuentran los revolucionarios. En esta zona del cementerio ni siquiera hubo presupuesto para colocar lápidas dignas sobre la mayoría de las sepulturas, que se encuentran solamente tapadas por losas de concreto. Aquí, el general Francisco Coss es quien más visitas tiene, aseguró Alvarado, cuando las tiene.
Por lo que el administrador nos contó, se está buscando mantener en buen estado el lugar de descanso de estos hombres, sin embargo, los esfuerzos, aunque válidos, no son suficientes y como, en realidad, son pocas las personas que se paran por estos lugares de la ciudad, buscando mostrar sus respetos por las vidas de quienes forjaron mucho de nuestro presente, nos encontramos ante un escenario donde es mínimo el número de involucrados preocupados por el mejoramiento de la Rotonda.