Los refranes del quijote del amor se dice que todas las cosas iguala
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El Quijote I, 11
Les anochece a don Quijote y Sancho Panza en el camino sin poder llegar a poblado. Pero encuentran las chozas de unos cabreros y determinan pasar la noche ahí.
Los cabreros, que en número de seis eran los de la majada, hervían al fuego unos tasajos de cabra en un caldero, cuyos olores llevan a Sancho al lugar donde aquéllos se encontraban.
Sentados en el suelo sobre unas pieles de ovejas, “aderezaron con mucha prisa su rústica mesa y convidaron a los dos, con muestras de muy buena voluntad, de lo que tenían”.
Don Quijote tomó asiento pero Sancho permaneció en pie. Entonces don Quijote le dijo: “quiero que aquí a mí lado y en compañía de esta buena gente te sientes, y que seas una misma cosa conmigo, que soy tu amo y natural señor; que comas en mi plato y bebas por donde yo bebiere, porque de la caballería andante se puede decir lo mismo que DEL AMOR SE DICE: QUE TODAS LAS COSAS IGUALA”.
Para entender el pasaje hay que tener presente la ley número 23 de la II Partida, que hacía referencia a las maneras como debían ser honrados los caballeros. Contrario a lo afirmado por don Quijote, la mencionada ley, entre otras prevenciones, disponía que “al comer (los caballeros) no debe sentarse con ellos escudero ni otro ninguno, sino caballero u hombre que lo mereciese por su honra o por su bondad”, según refiere Clemencín en la edición de El Quijote anotada por él.
Por lo tanto, al invitar don Quijote a Sancho a sentarse con él a la mesa de los cabreros, que era el suelo mismo, en realidad lo que hace es reconocer en Sancho a un hombre honrado o bondadoso.
Al darle un trato de igual a él, a pesar de ser sólo escudero, compara ese trato con el amor, del que “se dice que todas las cosas iguala”.
@jagarciavilla