Los sacrificios de tu padre ¿Los reconoces en tu vida?

No es secreto para nadie que mientras un hijo crece, su papá hace una gran cantidad de sacrificios, muchos de los cuales son desconocidos por su pequeño. Entre éstos se pueden contar una gran cantidad de horas laborales que sin duda desearían cambiar por tiempo en familia, ya sea para jugar con sus pequeños o para ayudarles con las tareas escolares. Sin embargo, renuncian a ello en pos de poder ofrecerles lo que consideran mejor para sus críos. Este hecho —entre muchos otros actos de abnegación— es la manifestación del gran amor y entrega que alrededor del mundo, muchos padres hacen a diario por sus hijos.

¿Cómo podría un hijo recompensar la entrega y abnegación de su padre?

No creo que ni la mitad de los papás hagan todo lo que hacen por sus hijos a la espera de encontrar una retribución igualitaria de parte de sus hijos. Sin embargo, toda esta entrega que deebría ser valorada por ellos, parece ser ignorada. Lamentablemente, cada día es más común ver a muchos padres olvidados y abandonados por sus hijos, dejándolos atrás como si fueran una especie de carga indeseable.

Ya hace tiempo vi un vídeo donde un padre, cansado de pasar la navidad en soledad, finge su muerte para por fin -de una manera u otra- poder tener a sus hijos reunidos para disfrutar las fiestas, como en tiempos pasados. La verdad es que no puedo comprender esa “moda” actual de descartar a los padres como si de una vergüenza se tratará, olvidando que jamás dieron la espalda cuando de niños los necesitaban.

Muchos padres no son perfectos

Es cierto, muchos padres comenten grandes errores y algunos abandonan a sus hijos y esposa por ir en busca de nuevas experiencias, para luego de un tiempo regresar e intentar reparar sus errores. Sin embargo, al volver se encuentran con tan mala suerte, que los niños que dejaron de pequeños han crecido y no los necesitan tanto como antes.

Aun así, si has pasado por una situación similar a la descrita antes, sabrás que no ganas nada guardando rencor y que saldrás más beneficiado si perdonas a tu padre. Dale un giro a la página y continúa con tu vida, pero esta vez haciéndolo a él parte de ella.

Los sacrificios de un padre

Quizá recuerdes aquella película italiana llamada La vida es bella, narrada por el hijo de Guido siendo ya un adulto. Éste cuenta cómo su padre fue capaz de crear todo un mundo fantástico para él, en medio de la trágica realidad de un campo de concentración nazi.

La escena más memorable y triste ocurre al final de la película, cuando al terminar la guerra llegan los aliados a ese campo de concentración para matar a todos los prisioneros. Es entonces cuando Guido —que es llevado por un oficial de la SS para ser fusilado— hace una graciosa marcha ante la mirada curiosa de su hijito que está escondido en un buzón. Guido sigue fingiendo hasta el final que todo es un juego y ganarán 1000 puntos y un tanque de guerra tan pronto como el juego acabe.

Cuando el niño sale de su escondite, es rescatado por un escuadrón norteamericano y llevado en un tanque de guerra. Estando en brazos del soldado, el niño ve a su madre y llega a su encuentro gritando de alegría que han ganado; el narrador (Giosuè) al final de todo dice: “Esta es mi historia, este es el sacrificio que hizo mi padre, aquel fue el regalo que tenía para mí”.

No importa si tu padre estuvo o aún está en tu vida presente como el sol, él te dio un regalo valioso: la vida. Haz que la tuya sea mejor y diferente, no cometas los mismos errores que por inexperiencia pudo haber cometido él, sigue el buen ejemplo que pudo darte ya que ese es tu mejor regalo. Por todo ello, él merece todo tu amor y respeto.