Los violentos récords de abril
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Ojo con abril. El cuarto mes del año se está convirtiendo en un nuevo foco rojo de este permanente escenario de crisis y alarma que es México. La pandemia del COVID-19 ha instalado una especie de neblina que invisibiliza los múltiples lastres cotidianos que tienen años desquiciando a este país y quizás por ello a muchos les pasó de noche, pero hemos estado atravesando los días más violentos de los que se tenga registro. En la abyecta pista de la criminalidad, abril ha batido un récord tras otro.
Entre los días 3 y 5, se reportaron 284 asesinatos: fue el fin de semana más sangriento hasta ahora. El sábado 4, por ejemplo, el conteo alcanzó la hasta entonces inédita cifra de 104 homicidios dolosos; el jueves 9 ocurrieron 102, lo que ya evidenciaba una perniciosa prevalencia de la actividad delincuencial, que se reconfirmó el domingo 19 al establecerse un nuevo máximo histórico con 105. No obstante, el vergonzoso récord se rompió apenas un día después, cuando el lunes 20 se reportaron 114 asesinatos. La mayoría de ellos, 16, se perpetraron en Guanajuato, la entidad que sigue a la cabeza en el ránking de violencia, seguida por el Estado de México, Jalisco, la Ciudad de México y Michoacán.
Ahora bien, es posible, aún con sus desenfrenados máximos históricos, que abril no supere a marzo (que ha sido hasta ahora el mes más negro con 3 mil 78 homicidios). Sin embargo, el peligro reside en que si a la crisis de salud y económica que está viviendo el País se le suma un escenario de violencia descontrolada, el resultado sería un agravamiento de los problemas que más lastiman el tejido social: desempleo, pobreza y más delincuencia.
La proyección de la Cepal, en el sentido de que la pandemia del coronavirus provocará una contracción económica del 5.3 por ciento en Latinoamérica y orillará a la pobreza a unas 29 millones de personas, ha resonado con más vehemencia en México. No es para menos, nuestro país está muy mal parado en el escenario económico global y somos, junto a Venezuela, Argentina y Ecuador, las naciones que más golpeadas saldríamos de la crisis en esta región del mundo. El propio Banco de México ha estimado que cuando acabe abril, el acumulado de personas que habrán perdido su trabajo podría alcanzar los 700 mil.
Volviendo a la estadística de delincuencia y a reserva de revisar los datos que arrojará abril, la estela que deja marzo evidencia también un incremento marginal de 0.8 por ciento en la incidencia total de delitos con respecto a febrero, al reportar 168 mil 826 casos. Entre los ilícitos que crecieron del segundo al tercer mes destacaron el robo a transeunte con 6 mil 359 casos (1.8 por ciento más que febrero), el robo a transportistas con 746 casos (un 7.6 por ciento al alza) y el secuestro con 170 víctimas (14 por ciento de incremento respecto al mes anterior).
Cuando finalice abril, la mayoría de los municipios todavía tendrán frente a sí un mes completo para seguir lidiando con las medidas de mitigación y aislamiento social que están causando, como daño colateral, golpes brutales a la economía. En Coahuila, donde ahora mismo hay por lo menos 86 mil trabajadores afectados por la suspensión de actividades en 129 empresas grandes, la cifra de desempleados al finalizar mayo podría rondar los 11 mil, según proyecciones de la Secretaría del Trabajo. Y mientras organismos empresariales, civiles y sociedad en general claman por estrategias férreas que protejan el trabajo y el ingreso, la alarma de una crecida en la incidencia delictiva es cada vez más estentórea. Abril está confirmando el escenario; abril está siendo un recordatorio del fracaso en las estrategias de seguridad. Ojo, mucho ojo con abril.
Próxima estación
Manuel Serrato