Masacres, ¿son el destino de la humanidad?
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Los últimos días de la semana quedaron dolorosamente marcados por dos hechos de violencia que, aunque se ubican geográficamente muy lejos de México, impactaron en personas de todo el mundo.
Por un lado, en Nueva Zelanda -una isla en el Pacífico Sur, lejana si la hay, de nuestro País-, al menos 49 personas murieron y más de 40 quedaron heridas luego que un ciudadano australiano identificado como ultraderechista islamófobo disparó con un arma automática en una de dos mezquitas en los peores ataques terroristas de esa nación.
El principal agresor retransmitió el atentado en vivo por las redes sociales con una cámara adherida a su cuerpo. El hombre, junto a otros dos, fue arrestado. Están acusados del atentado supremacista más letal desde la masacre en Noruega en 2011, cuando fueron asesinadas 77 personas.
El video fue profusamente difundido por las redes que supuestamente trataron de bajarlo de internet, pero ya cuando era material viral. Eso anunciaron, al menos, Facebook, Twitter y YouTube.
Las imágenes son, ni más ni menos, una versión “en vivo” de un juego de video. En la grabación, de unos 17 minutos, se observa cómo el agresor, vestido con ropa militar, lleva dos armas y con una de ellas, automática, dispara a quienes se encuentran en la calle y a la entrada del templo. En el interior, vacía tres cargadores. Minutos más tarde, regresa a su coche y cambia de arma. Vuelve al templo y continúa la matanza.
El atacante llevaba cinco armas, y en la transmisión dice llamarse Brenton Tarrant. Aunque no se ha confirmado su nombre y generales, el primer ministro australiano, Scott Morrison, le describió como un “terrorista extremista, de derechas y violento”.
Los neozelandeses deberán digerir ahora la pérdida de la inocencia que suponía creerse un país tranquilo y seguro donde nunca pasa nada.
Otro acontecimiento alarmante sucedió el jueves en Brasil. Ahí, como si se tratara de algún plantel estadounidense del tipo Columbine, se produjo un ataque a tiros en la escuela Raúl Brasil, en la zona metropolitana de San Paulo. Al menos cinco niños y niñas y tres adultos murieron, y los dos atacantes se habrían suicidado.
En efecto, la Policía Militar aseguró que dos jóvenes encapuchados –Luiz de Castro, de 25 años, y Guilherme Monteiro, de 17– dispararon durante un descanso entre las clases. Los atacantes eran exalumnos de esa escuela. La directora de la escuela fue golpeada y murió a causa de los disparos.
El atentado causó caos y pánico. Los estudiantes de sexto de primaria a tercero de enseñanza media, salieron corriendo y se ocultaron en tiendas cercanas. Uno de los tiradores usaba una capucha con el diseño de una calavera, vestía camiseta y pantalones negros y guantes en la mano derecha.
Brasil, el mayor país de Latinoamérica, tiene el más elevado número anual de homicidios en el mundo, pero los tiroteos escolares son algo fuera de lo común… hasta ahora.
Vale recordar que la violencia en México, también en las últimas fechas ha registrados crímenes de decenas de personas y estamos muy cerca de recordar la llamada masacre de Allende, aquí en Coahuila, donde el número de víctimas no se ha podido establecer.
