Militares operarán Tren Maya y aeropuertos, proyecto para el sureste de México
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Apunta AMLO que se tratará de una empresa de las Fuerzas Armadas
TULUM, YUC.- Para evitar la tentación de la privatización, el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió que una empresa de las Fuerzas Armadas, que operará el nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles, también administrará el Tren Maya.
En la zona arqueológica de Tulum, el presidente López Obrador dijo que las ganancias que se generen serán para las jubilaciones y pensiones de los soldados y marinos de México.
“La operación y la administración del Tren Maya la tenemos que definir con tiempo, estamos pensando que de Tulum hasta Palenque que son tres tramos del Tren, más el Aeropuerto de Tulum, de Chetumal, de Palenque, y el Aeropuerto Felipe Ángeles la maneje una empresa que dependa de las Fuerzas Armadas”.
“Procurar que sea buena la administración del Tren y los aeropuertos, que sea autosuficiente y que las utilidades de esta empresa se destinen a fortalecer las finanzas para pensionados y jubilados de las fuerzas armadas, Marina y Defensa.
“Primero porque tenemos que proteger esta obra para que no haya la tentación de privatizar, y qué mejor que dejársela a las fuerzas armadas, y que tenga como propósito financiar las pensiones de marinos y de soldados.
“El segundo propósito para entregar el Tren y los aeropuertos a las fuerzas armadas es que debemos garantizar la seguridad en la región, tenemos que cuidar de que no tengamos ningún problema de inseguridad, para que se garantice a todos los que visiten esta región que podrán estar seguros”, justificó López Obrador en un acto del que han participado los cinco gobernadores del sureste, el representante de ONU Hábitat en México, funcionarios de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y otros miembros del Gabinete federal.
El mandatario se ha comprometido a entregar el ferrocarril en “funcionamiento y operación” entre 2023 y 2024, antes de terminar su mandato.
El recorrido completo del Tren Maya abarcará mil 500 kilómetros a través de los Estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo con una inversión estimada de 5 mil millones de dólares.
El proyecto, sin embargo, es mucho más que un tren de pasajeros, ya que se estima que el 70 por ciento de los ingresos resulten del transporte de carga y las obras contemplan la construcción de “polos de desarrollo” alrededor de las 19 estaciones del ferrocarril.
La lucha de pueblos de la zona y de organizaciones ambientalistas, sin embargo, podría amenazar esas previsiones, ya que un centenar de indígenas, habitantes de la península de Yucatán y organizaciones en defensa del medio ambiente han emprendido una batalla legal para detener dicha construcción. Con información de El País y El Universal