Mirador 03/08/2019
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TEMAS
Variaciones opus 33 sobre el tema de Don Juan
El aprendiz de seductor le preguntó a Don Juan:
-¿Qué les decías a las mujeres para seducirlas?
Respondió el sevillano:
-No les decía nada.
-¿Cómo es posible? –se sorprendió el muchacho–. Entiendo que para seducir a una dama debes decirle palabras bonitas.
-Eso es un mito –replicó Don Juan–. Lo mejor para enamorar a una mujer es escucharla. Lo que le gusta más a cualquier mujer es que alguien la oiga.
Insistió el aprendiz:
-¿De veras no les decías nada a las mujeres?
-Bueno –reconoció el famoso galán–, sí les decía algo. En ocasiones les decía: “¡Ah!”. ¡Oh!”. Cuando se cansaban de hablar –porque tarde o temprano se cansaban– hacía lo mío. Y entonces eran ellas las que decían “¡Oh!” y “¡Ah!”.
El aprendiz de seductor quedó desconcertado. No supo determinar si el arte de la seducción era más fácil o más difícil de lo que había pensado.
¡Hasta mañana!...