Mirador 09/04/2021
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Me habría gustado conocer a don Manuel de Llera y Sandoval.
Un malqueriente suyo le dio una bofetada y en seguida lo retó a duelo. Le anunció:
—Mañana le enviaré a mis padrinos.
—Los espero –contestó don Manuel. Que no vayan muy temprano, pues acostumbro levantarme tarde.
Cuando llegaron los sujetos les dijo el señor De Llera:
—Yo soy el ofendido, de modo que tengo derecho a escoger el arma que se usará en el desafío.
—¿Y qué arma escoge usted? –preguntaron los padrinos. ¿Pistola? ¿Espada? ¿Sable?
—Bomba –respondió el caballero.
—¿Bomba? –se desconcertaron los visitantes.
—Sí –confirmó don Manuel. Yo llevaré una bomba, y encenderé la mecha. El primero de los duelistas que huya para salvarse será el perdedor del duelo.
Así se hizo. Cuando la mecha estaba por llegar a su final el adversario y sus padrinos echaron a correr.
Entonces estalló la bomba. Se oyó un leve chisporroteo, la bomba se abrió y de ella salieron volando dos palomas.
Me habría gustado conocer a don Manuel de Llera y Sandoval. Sabía jugar con las cosas de la vida. Y también con las de la muerte.
¡Hasta mañana!...