Mirador 18/01/20
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Se habla mucho de la discriminación que ha sufrido y sigue sufriendo la mujer.
Ciertamente hay sobrados motivos para señalar esa injusticia y trabajar para remediarla.
Hay que tomar en cuenta, sin embargo, que también hay prácticas discriminatorias contra el varón. Pondré un ejemplo.
Cuando nace un niño la gente pregunta:
-¿Cómo está la mamá?
Cuando se casa un joven la gente pregunta:
-¿Quién es la novia?
Cuando fallece un hombre la gente pregunta:
-¿Qué le dejó a su viuda?
Si bien se ve, en cosas de la vida en sociedad el varón nunca es protagonista. Es mero acompañante de la mujer, comparsa o partiquino de su madre, su novia o su esposa.
Si se piensa en eso y se observa quién lleva verdaderamente las riendas en las casas concluiremos por decir que cada hombre debería llamarse Fulano de Tal de… y aquí el apellido de su mujer.
¡Hasta mañana!...