Mirador 21/01/2019
COMPARTIR
TEMAS
Jean Cusset, ateo con excepción de la vez que oyó a Paul Robeson cantar “Ol’ Man River”, dio un sorbo a su martini –con dos aceitunas, como siempre– y continuó:
—Cuando un hombre llega a la ancianidad suele decir: “Me queda poca vida”. Pero si tiene fe dirá: “Me falta poco para llegar a una nueva vida”. En efecto, todo en el universo es una negación palpable de la muerte. Los seres y las cosas nos hablan de una vida en transformación constante y que no se acaba nunca. Desconocemos las infinitas formas de la vida. Sabemos, sin embargo, que no hay muerte ni para el espíritu ni para la materia.
Dio un nuevo sorbo a su martini y concluyó:
—Cuando digamos: “Me queda poca vida…” añadamos: “… para llegar a otra vida”.
Así dijo Jean Cusset. Y dio el último sorbo a su martini –con dos aceitunas, como siempre.
¡Hasta mañana!...