Mirador 25/06/2020
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Hasta el confinamiento que impone la pandemia me llegó la noticia de la muerte de Manir González Martos.
Triste noticia fue ésa para mí.
La vida me dio el regalo de su amistad. Con él y con otros dignos universitarios de Nuevo León –Jesús Arias, Rolando Guzmán– libré buenos combates en defensa de la autonomía de la Universidad nuevoleonesa, cuando era su Rector un hombre de principios, el ingeniero Héctor Ulises Leal.
Pasado el tiempo de esas luchas compartí en gratas ocasiones la mesa y los recuerdos con aquellos tres buenos amigos, cuyos ideales y congruencia fueron ejemplo para mí. Manir, quien fue también rector de la UANL, era quien en alguna forma presidía nuestras reuniones. Afable siempre, siempre bondadoso, tenía conversación amena e instructiva. Guardó siempre profundo amor por Linares, su solar nativo; evocaba con cariño su gente y tradiciones.
Desde mi enclaustramiento expreso mi pesar a su familia. Se me ha ido un amigo más. Cada vez me quedan menos.
¡Hasta mañana!...