Mirador 25/12/20
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Lo dice el evangelio de San Lucas.
Antes que los reyes llegaron los pastores al portal de Belén.
Y antes que los pastores llegaron la mulita y el buey.
En eso hay una lección grande de humildad.
Lo dice el Génesis.
Cuando Adán cobró vida ya estaban en la tierra las demás criaturas del Señor.
Primero fueron los animales. Luego el hombre.
La Navidad es ocasión para nacer de nuevo, y nuestro nuevo nacimiento debe ser humilde, como fue el del Niño.
Dejemos atrás toda soberbia, toda vanagloria, todo insano orgullo, toda vanidad.
Los días por los que estamos pasando han de servirnos de enseñanza provechosa.
Si reconocemos nuestra pequeñez seremos mujeres y hombres nuevos.
Y tendremos una nueva Navidad.
¡Hasta mañana!...