Mirador 27/05/19
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TEMAS
Las historias que en Ábrego se narran tienen sabor de cuentos medievales.
Una de ellas habla de cierto hombre que entró en relaciones de carnalidad con su comadre. El tipo ardía en ganas de proclamar a los cuatro vientos esa conquista, pero la mujer le había hecho jurar que guardaría el secreto. Incapaz de contenerse, sin embargo, una noche tomó un jarro, se fue con él al bosque y tras asegurarse de que no había nadie cerca dijo al interior del jarro:
-Me estoy tirando a mi comadre Chana.
En seguida tapó el jarro y se fue a su casa muy ufano por haber contado su ventura, siquiera en esa forma.
El siguiente domingo fue al mercado del rancho. Llevó el jarro, pues quería comprar miel de maguey. Al llegar tropezó en una piedra. El jarro vino al suelo y se rompió. De adentro salió una voz que oyeron todos:
-Me estoy tirando a mi comadre Chana.
Desde entonces en Ábrego hay un dicho: “Si no quieres que se sepa lo que haces ten cuidado hasta con el jarro”.
¡Hasta mañana!...