Nadie sabrá nunca
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A principios de este mes se estrenó en la plataforma de Netflix la película mexicana “Nadie Sabrá Nunca”, ópera prima como director del fotógrafo Jesús Torres Torres.
Habiendo sido estrenada en los cines de México el pasado mes de mayo en forma tan restringida que no alcanzó a llegar a las salas de cine de Saltillo, el estreno de este filme no podía haber llegado en un momento más oportuno por su temática relacionada al determinismo y sometimiento de las mujeres mexicanas particularmente en las zonas marginadas de nuestro país , pero que aunado a los feminicidios y violaciones a sus derechos humanos más elementales han propiciado en la realidad las protestas como las que se han dado desde la capital del país hasta la capital de nuestro estado en lo que va del mes.
“Nadie Sabrá Nunca” nos cuenta la historia de Lucía (Adriana Paz), esposa de Rigoberto (Jorge A. Jiménez) y madre de Braulio (Luciano Martínez), quienes viven en una comunidad rural de México a finales de los años 70 donde lo único que los comunica con el exterior es la radio y las radionovelas que Lucía escucha en lo que hace los quehaceres del hogar. Lucía es hija de un hombre macho y misógino de nombre Aurelio (Manuel Ojeda), y por la misma inercia sociocultural de él más que de su madre Fidela (Ofelia Medina) es que se casó con Rigoberto y se convirtió en madre siendo su único “escape” a esa cotidianeidad es escuchar las radionovelas en las que se transporta a una realidad alterna, e incluso en blanco y negro, que emula al cine de la Época de Oro donde un héroe llegaba a rescatar a su damisela.
Braulio (Luciano Martínez), es hijo de Lucía, y parece tener más conexión afectiva y como modelo aspiracional con su madre que con su padre Rigoberto, ya que en lugar de verse atraído por irse a trabajar y ser le proveedor del hogar, alentado por las radionovelas que escucha junto a su madre y las historias sobre la experiencia de ir al cine de boca de su abuelo Aurelio (ya que sólo puede ir a verse e salas de la gran ciudad) es que termina de aceptar la propuesta que le hace su mamá de irse a la capital a continuar sus estudios a casa de su tía Teresa (Joanna Larequi), quien a diferencia de su hermana Lucía ha dejado el pueblo, se ha casado, tiene hijos, vive en la capital y están abiertos a recibir a su sobrino.
Es en ese punto en el que Lucía aboga porque su hijo emprenda el vuelo lejos del hogar paterno, y su padre Rigoberto se niega totalmente a ello, que las vidas de todos estos personajes llegarán a un punto de ebullición que determinará el resto de sus vidas.
Complementando el elenco de esta historia primeras actrices como Arcelia Ramírez y Silvia Pasquel, “Nadie Sabrá Nunca” es una película necesaria para estos tiempos de polarización en cuanto al estado actual de la mujer mexicana tanto en la provincia como en la ciudad, y que merecería más pantallas que refritos hollywoodenses como el más reciente de una película de Adam Sandler y Drew Barrymore, ya que nos acerca más a nuestras historias locales y nuestras realidades y no por nada su actor principal, Jorge A. Jiménez, originario de Zaragoza, Coahuila, haya quedado como anillo al dedo en su personaje.
Comentarios a: galindo.alfredo@gmail.com; Twitter: @AlfredoGalindo