Neoconservadurismo
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Desde la posguerra, Estados Unidos ha impuesto condiciones a los países del mundo, y para fines prácticos, demócratas y republicanos a pesar de tener tradiciones e ideologías distintas, siempre han obrado igual.
La ideología del partido republicano tiene que ver con la derecha tradicional, con los conservadores, donde reside el poder de las élites. Su política intervencionista New Deal (Nuevo trato), instaurada por Theodore Roosevelt posterior a la Gran Depresión, afirma el sentimiento nacionalista que hay en el fondo de políticos, empresarios e intelectuales. Se volvió recalcitrante cuando llegaron los neoconservadores que, como afirma Gary Dorrien, representan al norteamericano convencional y es –para sintetizar– un americanismo agresivo, autoinformado y militantemente anticomunista, que los liberales modernos habían abandonado.
El 66 por ciento de los republicanos es protestante, predomina el calvinismo puritano. Introdujeron la Teoría del Destino Manifiesto, la idea de que el pueblo estadounidense ésta llamado a expandirse de Norte a Sur y del Atlántico al Pacífico, por designio divino. Es el principio del expansionismo.
El Partido fue fundado en 1854 y estaba conformado por personas de raza blanca, exclusivamente. Impulsaban una política proteccionista, con altos impuestos. Defendieron las ideas religiosas, particularmente la de los padres fundadores, y su capital político se encuentra en las clases medias y los trabajadores. La clase dirigente está en lo más alto de la sociedad norteamericana y particularmente en hombres de negocios. ¿Le dice algo esto?
Con los conservadores y los neoconservadores, el Partido Republicano hoy como ayer le sigue apostando al escalamiento militar. Ayer fue la URSS, luego Vietnam, posteriormente Irak, en seguida la lucha contra el Islam y el Estado Islámico y ahora la idea de la creación de muros de cualquier tipo, que en el presidente actual encontraron coyuntura.
Vietnam, Irak y la lucha contra el Estado Islámico implicaron grandes y graves fracasos para las administraciones neoconservadoras. A través de sus plumas han buscado generar credibilidad en la idea de que EU es una nación superior a las demás. Recordemos que en la caída del Muro de Berlín y en los ataques del 11 de septiembre, los medios y la prensa escrita tuvieron una influencia determinante. Todo el tiempo han buscado una figura demoniaca a combatir. Ahora cambiaron la dinámica, se buscaron a un enemigo pequeño que rendirá muchos dividendos, que es a lo que le han apostado todo el tiempo.
Los autores que abonaron la tierra del nacionalismo norteamericano, impulsado por el neoconservadurismo, son Daniel Bell, Nathan Glazer, Irving Kristol, Seymour Martin Lipset, Samuel P. Huntington, Norman Podhoretz y Jeane Kirkpatrick, en la primera generación; en la segunda, Francis Fukuyama, Leo Strauss, William Kristol, Paul Wolfowitz, Richard Perle, David Frum, entre otros. El origen de su existencia son los movimientos de descontento, las posturas contrarias a los totalitarismos, la crisis mundial, la guerra de Vietnam, los movimientos estudiantiles y el crecimiento de la nueva izquierda; la superioridad de los valores institucionales y sociales estadounidenses y el agotamiento de las ideologías en Occidente.
Arribaron al espacio de lo público en la administración Reagan. Son ellos quienes en su exacerbado nacionalismo consiguieron que los norteamericanos se creyeran el cuento de que son el mejor país, la mejor democracia, la mejor sociedad. El lugar donde están los mejores deportistas, las mejores universidades, el mejor béisbol y el mejor básquetbol y qué decir del futbol americano y del American Dream al que todos quieren arribar.
Aunque Donald Trump, ni es republicano ni es neoconservador, fue arropado por el partido. Ni ayer ni hoy a los republicanos se les han visto acciones concretas para frenarlo. Entre ambos hay algunas escasas diferencias, haciendo a un lado lo intelectual y lo racional. Los neoconservadores han hecho de la mentira, del oportunismo y del poder del dinero su capital más importante.
Para muchos, en estos tiempos es complicado diferenciar entre el estado norteamericano y el presidente norteamericano. A pulso se han ganado desde hace tiempo el repudio internacional desde Reagan, pasando por Bush y, por supuesto, al momento con el indeseable Trump. ¿Entiende ahora un poco más de la forma de proceder de los vecinos del norte?
NOTA: El pasado 27 de septiembre de 2017, tuve el honor de presentar el libro “La derecha radical, en el Partido Republicano, de Reagan a Trump”, del Dr. Jesús Velasco, titular de la Cátedra Joe y Teresa Long de Ciencias Sociales en la Universidad Estatal Tarleton y coeditor del Centro México-Texas en la Universidad Metodista del Sur, invitado por Machely Flores y Alfonso González, directivos de la Facultad de Ciencias Sociales de la UdeAC, donde aborda algunos temas tratados aquí, en los que usted podrá profundizar. Libro amplia y totalmente recomendado.
fjesusb@tec.mx