“Nos tocó hacernos artistas en la guerra, en medio de la desaparición, la violencia, el narco estado”: Ana Francis Mor, de Las Reinas Chulas
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Las Reinas Chulas presentarán su espectáculo de CabareZoom en la Escuela de Verano UANL este domingo 26 de julio
Desde hace más de 20 años Las Reinas Chulas critican, a punta de carcajadas, la política mexicana, el machismo y la estrechez de miras de la televisión nacional. No sólo le dieron una nueva vitalidad al cabaret, gracias a sus espectáculos y al establecimiento del Teatro Bar El Vicio en la Ciudad de México, también crearon una asociación civil que, a través del artivismo, el humor y el placer, busca generar cambios artísticos, culturales, políticos y sociales.
Sin embargo, la pandemia transformó la vida de todos. De tal suerte que las artes escénicas se vieron obligadas a recluirse en casa y todavía no hay fechas claras para que los teatros puedan abrir al público. Y si bien al inicio de la cuarentena Marisol Gasé, Nora Huerta, Ana Francis Mor y Cecilia Sotres, las reinas chulas, derramaron unas cuantas lágrimas por la situación, pronto decidieron transformar su espectáculo y crear el CabareZoom.
El próximo domingo, gracias a la Escuela de Verano de la Universidad Autónoma de Nuevo León, su reciente espectáculo, La curva de la estupidez, estará abierto al público en el Facebook y YouTube de Cultura UANL. En entrevista, Ana Francis Mor comparte cómo es hacer teatro en tiempos del coronavirus y habla del compromiso social que ha marcado la trayectoria de esta compañía de teatro-cabaret.
¿Por qué se animaron a crear Las Reinas Chulas, pensaron que sería un proyecto de más de dos décadas?
“Empezamos a hacer teatro-cabaret porque nos gustó la idea de hacer sátira y crítica política e interpretar personajes más interesantes que aquellos que nos tocaron. A nosotras, como generación, nos tocaron los inicios de la crítica hacia el interior del teatro. Nos tocó vivir que, si no le llevabas el sandwichito al güey, o eras la mujer violada, la mujer descuartizada o tenías papeles mínimos en donde otra vez la mujer se muere de amor, otra vez la mujer a la que se le fueron los hijos, otra vez las tres mujeres que se pelean por el mismo güey. La neta, da hueva.
“No necesariamente lo pensamos tan así al principio, pero de alguna manera nos unieron las ganas de querer hablar de otras cosas, de querer decir lo que pensábamos. El cabaret rompe la idea de que nada más el dramaturgo puede escribir o el director dirigir, pues tiene otra forma de hacerse que es más horizontal y colectiva. Pero al mismo tiempo, las cuatro éramos actrices de carrera, formadas en universidad, donde te dicen que las cosas son de cierta forma. Nosotras queríamos romper con todo eso, apostándole sobre todo a otras formas de hacer teatro. Entre que son peras y son manzanas, resultó que lo que hacemos es muy particular y singular, que hemos sido punta de lanza para otras compañías, para muchas otras chavas.
“Tuvo que ver que hay un talento que sí tenemos y es el de permanecer juntas y apostarle siempre a la colectividad, a que cuatro suma más que la individualidad. Eso, más una buena estrella, la protección divina, el cosmos y que siempre tuvimos a bien decir: vamos a trabajar juntas, vamos a quedarnos juntas y apostar por hacer equipo”.
En su trabajo destaca la cuestión interdisciplinaria, hacen teatro, pero también tienen a su cargo la música, la producción y el vestuario. Además, publican libros, imparten talleres, ofrecen cursos.
“Creo que eso se debe al aprendizaje cultural de ser mujeres. Por tu educación de ser mujer aprendes un montón de oficios y habilidades, y como te dijeron que eran naturalitas para tu sexo y condición, pues ni las tomas en cuenta. Como mujeres aprendimos a hacer ocho cosas al mismo tiempo, también a trabajar y a vivir sin dinero.
“Aprendimos de vestuario y dirección porque no había lana y también tiene esta lógica de la dedicación de lo femenino, que es trabajar con lo que hay, de hacer lo que tienes que hacer. Después, en el camino, gracias a que fuimos a la universidad y que somos privilegiadas, a que nos topamos con el feminismo y pudimos entender un poco cómo funcionaban estos mecanismos, ya nos fuimos especializando en muchas cosas y tomando conciencia del poder de hacer distintas tareas. La idea es aprovechar el talento de las cuatro y aprovechar lo colectivo”.
Ustedes son artistas que se involucran con la comunidad. Tienen una asociación civil y esta idea de que a través de la cultura se puede mover a la sociedad.
“Hay una anécdota muy bonita sobre esto. Estábamos en Copenhague, haciendo un espectáculo que se llamó “La Banda de las Recodas”, donde cuatro narcotraficantas, el cartel de las hermanas Carrilla, hacían un grupo musical. Era un espectáculo terrible, de humor negro muy ácido, y con esa representación anduvimos por todo el mundo girando y en 2009 fuimos a Dinamarca. Hay una canción que tenemos que se llama Hecho en México y una de las cosas que dice es que nacimos mujeres, ya sabemos que nos van a matar. Otra parte de la letra dice: ‘que nos violenten, que nos mutilen, que nos degüellen, que nos empaquen, que nos exporten’. Es un tema con mucha ironía y en ese momento sacábamos una cabeza y la aventamos al público como si fuera un balón. Era un musical fuerte.
“Unas chavas australianas que tenían un grupo feminista muy bueno, nos vieron y nos dijeron que ellas hacían canciones para que le quiten el cloro a los Tampax, mientras que nosotras hacíamos canciones para que no nos mataran. Pienso que con toda la revolución feminista que hemos visto en los últimos tres o cuatro años en el país, hay una especie de conciencia colectiva porque si eres mujer te va la vida en ello y no es metáfora. Estamos hablando de nuestros propios derechos y condiciones. La gran ventaja es que nosotras, por la naturaleza de nuestro oficio, tenemos el micrófono enfrente y hay que aprovecharlo.
“Con la asociación civil hemos puesto el cabaret al servicio de las causas que son urgentes. Nos tocó hacerlo en este país en donde hemos pasado tantos años terribles con la guerra de Calderón, que nos dejó con un país hecho una fosa común, y la frivolidad del sexenio de Peña Nieto. Nuestro primer espectáculo se presentó durante el sexenio de Fox, así que nos tocó hacernos artistas con este proceso en el que estás en la tabla todo el tiempo, creando para vivir de esto. Nos tocó hacernos artistas en la guerra, en medio de la desaparición, la violencia, el narco estado. Y al mismo tiempo, nos tocó hacernos artistas en el momento del crecimiento de la sociedad civil organizada, así que hay que responder a eso porque somos parte de ello”.
¿Cómo ha sido para ustedes transformar su espectáculo para trasladarlo del escenario a la pantalla de la computadora o del celular?
“Al principio fue muy complicado. Cuando nos dimos cuenta de que los teatros no iban a abrir pronto, pues lloramos, pataleamos, gritamos al cielo y después dijimos ‘bueno, chiquitas, a darle’. El primer espectáculo que hicimos fue una Cabarecata que monté yo con una amiga que tiene un viñedo. Al principio me dio inseguridad y miedo, pero a la mitad de la función ya lo empecé a disfrutar muchísimo y quedé muy satisfecha, aunque también muy sacada de onda porque no ves ni escuchas al público, no sabes qué está pasando. Es como caminar sobre una cuerda floja, arriba de un pantano. Al principio fueron momentos de mucha angustia de este lado, pero al mismo tiempo vimos que la gente lo disfrutaba, que resultaba una verdadera diversión, que había un espacio de comunicación porque al final de la función abrimos todas las cámaras y los micros.
“Así que decidimos darle sin pensarlo tanto. Nos pasó como a todo mundo, que tuvimos que acomodarnos la vida para cuidar a los hijos, para asumir que no habrá escuela en mucho tiempo, que tenemos que buscar estrategias para no cerrar el teatro definitivamente. Lo triste que es no poder abrazar a nadie porque en el medio artístico somos reabrazones, en cada ensayo o junta teníamos media hora de abrazos y de besos. Entonces, mientras sorteamos este asunto personal, humano, paralelamente le entramos al trabajo creativo, empezamos a disfrutarlo y aprovechamos esta otra herramienta que ofrece muchas posibilidades de creación”.
Al leer el título de su espectáculo, La curva de la estupidez, queda claro que continúan con la sátira política, pero adaptada a los tiempos de la pandemia.
“La curva de la estupidez es una parodia del momento actual, aparece el doctor Hugo López Pastel y Cholito Ebrard, entre otros personajes. El cabaret siempre tiene esta cosa de política y es muy divertido entrarle a los personajes políticos del momento. Es un espectáculo que surgió a partir de la idea de que en esta pandemia hemos visto lo mejor y lo peor de nosotros mismos, hemos visto las expresiones más nobles de la naturaleza humana y las mayores estupideces, y para ello Donald Trump como ejemplo.
“Este espectáculo tiene formato de conferencia por zoom, de la ‘nocturnera’ que todos los días ofrece López Gatell, de la misa de siete como le dicen, pitorreándonos de los ejemplos de estupidez nacional que hay muchos y variados. Nos pitorreamos de varios políticos, de comunicadores y de diversas actitudes que tienen que ver con reaccionar de la peor manera ante una emergencia. Es como ‘el no corro, no grito, no empujo’, que te piden hacer cuando hay un sismo o una emergencia, siempre está el que ayuda a que pase todo mundo, el que abre la puerta y deja pasar, el que tira su mochila para que se tropiecen los de atrás, el que quiere salir primero. Ante la pandemia, pues los funcionarios públicos reaccionaron como lo que son y este espectáculo es una exhibición de eso. Y por supuesto que habrá políticos involucrados de Nuevo León, porque ni modo que nos vean por allá y no hacerles su homenaje”.
¿Ya tienen programación regular del CabareZoom?
“Abrimos de forma oficial El vicio virtual, en donde hay otros artistas además de Las Reinas Chulas. Por ejemplo, Están Héctor Bonilla y Sofía Álvarez con Cartas marcadas, un espectáculo divino en el que nos muestran fotos, poemas y nos hablan de su historia personal, es enternecedor, conmovedor y de risa loca, tiene un poquito de todo. La cartelera la pueden consultar en www.elvicio.com.mx, en www.lasreinaschulas.com o en nuestras redes sociales”.