Nuevos ciudadanos, el reto de la nueva Legislatura de Coahuila
COMPARTIR
TEMAS
El PRI arrasó en las elecciones de Coahuila. Una aplanadora tricolor se llevó los 16 distritos en juego sin despeinarse.
Pero no se engañe con el mensaje del centro del País sobre que el PRI está de regreso. El PRI en Coahuila nunca se ha ido. Simplemente ejecutó la maquinaria a la perfección, como lo ha hecho, estatalmente, a lo largo de los años. El terruño se acaricia como la seda a un bebé.
El gran perdedor fue el PAN, que pasó a tercera fuerza política. De estar cerca de ganar la gubernatura hace unos años, ahora se desplomó en la carrera de fondo. Su voto, como el del PRD, fue de los más caros en la entidad (Observatorio de La Laguna).
Morena tiene que analizarse desde distintas ópticas: desde la del centro es perdedor, porque no avasalló como lo hace en otros estados. Pero en Coahuila pasó de tercera a segunda fuerza y tendrá más curules en la nueva legislatura que en la que está por concluir.
La próxima legislatura le permitirá al gobernador Miguel Riquelme Solís transitar de forma tranquila, sin contratiempos. Si no pasa otra cosa con la lista de plurinominales, la “oposición” (así entrecomillas) la encabezarán Rodolfo Walss Aurioles y Luz Natalia Virgil Orona, ambos del PAN. Cuando el primero fue regidor y la segunda síndica, en el gobierno municipal de Torreón de Eduardo Olmos Castro, dieron senda cátedra a los regidores priistas de aquel Cabildo. Olmos Castro los soñaba. Pero en aquel entonces la mayoría se imponía. Y así será en esta legislatura. Eduardo Olmos, cantado el próximo presidente de la Junta de Gobierno, volverá a toparse con Walss y Virgil. La mayoría, lo sabemos, se impondrá y lo que digan, señalen o realicen Walss o Virgil, lo más seguro es que quedará para el anecdotario.
¿Por qué menciono lo anterior? Porque ante una dinámica de Congreso que no cambiará, es decir, donde se mantendrá la misma historia de otros años en la que la representatividad será sólo en el papel y la oposición no trascenderá más allá de la tribuna, el reto será tener nuevos ciudadanos. Porque el Congreso será igual que siempre.
¿Cómo nuevos ciudadanos? Ciudadanos que supervisen las acciones de los tres poderes, evalúen las decisiones que se toman, den seguimiento a las leyes, obras y presupuesto, rechacen imposiciones de la cúpula; ciudadanos que defiendan la transparencia, que luchen por la rendición de cuentas, que exijan un estado de derecho. En conclusión, algo que todavía es muy incipiente en la democracia mexicana. Que sí, hay destellos, hay grupos, hay círculos que empiezan a hacerlo. Pero es necesario empujar más por ese cambio de ciudadanos.
Ese será el reto de la nueva legislatura. Porque los encargados de representarnos, fiscalizar y, por qué no, hasta legislar, tendremos que ser nosotros. No podemos esperar a que 25 diputados o, mejor dicho, 16 priistas decidan sobre nosotros.
Al TIRO
El gran ganador no es sólo el PRI. El ganador es el gobernador Miguel Riquelme Solís. Gana porque esta fue su elección, sus candidatos, su estructura, su proyecto.
Tampoco se engañe, pese a sus declaraciones de que no tendrá cheque en blanco, la realidad es que lo tendrá. Tampoco es que vaya a ser diferente de otros años. Los diputados obedecen históricamente a los intereses de su cúpula partidista una vez se sientan en la silla. Y como tal, pasarán por mayoría cualquier iniciativa del Gobernador simplemente porque lo decrete el ejecutivo, y negarán cualquier iniciativa de la “oposición” cuando afecte sus intereses, aunque a la población le convenga.
Por ello, hoy más que nunca, insisto, el reto de la legislatura no está en los diputados. Está en los ciudadanos. La sociedad es la que tendrá que servir de contrapeso. Tendrá que ser el auditor del Congreso, vigilar la representación genuina de quienes fueron elegidos por el pueblo. Exigir cuentas, trabajo y transparencia.
Porque no se le olvide, querido lector, quienes se sientan en esas sillas son nuestros empleados.