Ocultos por la luna
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Hace una semana tuvo su estreno mundial en Netflix una película de ciencia ficción que si bien tiene un inicio algo desconcertante conforme se va desarrollando termina siendo una aceptable heredera de la mismísima “Terminator”.
Dicho filme se tituló en castellano “Ocultos por la luna” (“In the Shadow of the Moon”), y teniendo en cuenta las cintas anteriores del realizador Jim Mickle que tienen que ver con vampiros como sucedió en “Tierra de vampiros”, del 2010, o una familia de caníbales en el remake de la mexicana “Somos lo que hay”, del 2013, cuando uno pudiera pensar precisamente por el título es que se trate de una película de hombres lobo, por lo menos, la primera secuencia nos da literalmente un vistazo de un futuro no muy lejano en el año 2024 donde parece que el caos ha terminado de hacer presa a nuestra civilización.
Acto seguido el tiempo retrocede hasta el año de 1988, cuando en la ciudad de Filadelfia una pareja de policías en la tradición de cintas que van de “Arma Mortal” a “Seven”, uno anglosajón y otro afroamericano de nombre Locke (Boyd Holbrook) y Maddox (Bokeem Woodbine), de manera respectiva, unen esfuerzos para dar con la que se supone es una asesina en serie que utiliza un método extraño para matar a sus víctimas lo mismo que para elegirlas puesto que parece no seguir un patrón determinado.
En este contexto se le complican las cosas a Locke a nivel personal puesto que su esposa está por dar a luz lo cual de alguna forma le reprocha su cuñado, el también policía Holt (Michael C. Hall, protagonista de series televisivas como “Dexter” o “Six Feet Under”) y lo lleva a tener diferencias que de alguna manera llevan al resquebrajamiento de su familia… cuando a la larga esa misma historia familiar y la serie de asesinatos que se van acumulando con el paso de los años están estrechamente relacionados.
Como decíamos al inicio de este comentario, a pesar de que “Ocultos por la luna” tiene un muy forzado detonador en su historia pasando muy abruptamente del año 2024 a 1988 y distrae por lo mismo desde muy obvios efectos especiales hasta algunos detalles de la ambientación del siglo pasado, conforme avanza su trama y un guion con una buena estructura es que llega a tener un desarrollo y buen fin que llega a equipararla en cuanto a género y temática relacionada a viajes del tiempo y personajes que intentan cambiar el rumbo de la historia como la conocemos a clásicos como “Terminator” (James Cameron, 1984), que por cierto ya para el próximo mes estrena el más reciente capítulo de su saga.
Lo que sí es que, a diferencia de “Terminator”, no resulta a final de cuentas en una película por completo redonda comenzando por el ambiguo título que a pesar de la resolución final no llega a encarnar en su totalidad el tema, pero es una película del género disfrutable para los seguidores del mismo y una buena velada sabatina de la acción, misterio y ciencia ficción que combina.
Comentarios a: galindo.alfredo@gmail.com; Twitter: @AlfredoGalindo