“PAN: (casi) RIP”
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El Tsunami morenista arrasó al PAN y lo arrojó al caldero hirviente de su autocrítica y refundación, so pena de desaparecer en el corto plazo. Ricardo Anaya, “el que se chingó a todos” para quedarse con la candidatura del PAN a la presidencia, según su asesor Jorge Castañeda; apenas logró 8 millones 131 mil 341 votos. El 46% menos de los 15 millones de sufragios obtenidos por Felipe Calderón en 2006. Y el 27% menos de los 12 millones 786 mil logrados por Josefina Vázquez Mota en 2012. En esta derrota sembrada de cadáveres políticos, sobresale una cifra: “de la elección del 2012 a la del domingo pasado (el PAN) perdió 4 millones 655 mil votos”. La estrepitosa derrota de Anaya enfebreció a sus enemigos, cosechados a pulso por él mismo, y despertó a muchos otros. Hoy, todos bailan con taparrabo y pintura de guerra en el rostro, alrededor del caldero hirviente, clamando venganza por cada sufragio perdido.
La ironía es imperdonable. Todos dicen ser salvadores del partido, sin asumir responsabilidad alguna por su debacle; aunque Anaya sea el protagonista de la misma. ¿Dónde está la autocrítica para refundar el partido, reflexionada “con serenidad en nuestra invencible esperanza”, gritan desde ultratumba, los fundadores del PAN, don Manuel Gómez Morín y don Efraín González Luna? Para no escucharlos, los candidatos derrotados en Coahuila; Guillermo Anaya, Isidro López y Esther Quintana se tapan los oídos. Y Ricardo Anaya se hace el desentendido para mantener el control del PAN a través de Damián Cepeda. Empero, con tapones en los oídos, pero mentándole la madre a Anaya por cínico, alzan la mano; Marko Cortés, Roberto Gil Z., Miguel Márquez, Rafael Moreno, Jorge Luis Preciado y Ernesto Ruffo. Poco discreto, Felipe Calderón agita más las aguas. Mientras 7 de los todavía 12 gobernadores panistas que traicionaron a Anaya el último día de su campaña, bailan y gritan -para no oír- alrededor del caldero. Cierto. Nadie escucha, ni mira o siente sus raíces, por ello, los estertores del PAN marcan su acelerada agonía.
El PAN está casi RIP.