Papás miopes
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Los padres tenemos el objetivo de velar, cuidar y orientar a nuestros hijos. Desafortunadamente cada vez más me doy cuenta de papás miopes que no pueden ver, más allá de sus ojos, la realidad que viven sus hijos. Observo un alejamiento de los padres en la vida de sus hijos. Hace unas semanas escuché la historia de una muchacha llena de frustración y abandono: es una chica adolescente que iba a cumplir sus 18 años y decidió festejarse en un antro. Invitó a varios amigos que conoció meses atrás precisamente en un antro. Desde los 15 años asistía a esos lugares con una identificación falsa y sus amigos eran mucho mayor que ella (entre 26 y 29 años). Decidió hacer un “pre” en su casa antes de ir al antro, ya que le tocaba dormir con su padre y estaba fuera de la ciudad por cuestiones de trabajo. Compraron tequila, ron y vodka, tomaron tranquilamente. Más tarde decidieron ir al antro y sus amigos compraron más botellas de vodka, champaña y shots de baby mango para celebrar su “cumple”. La festejada estaba tan borracha que vomitó en el baño y dejaron que un amigo la llevara a su casa. Al subirla a su recámara abusó sexualmente de ella. A la mañana siguiente se levantó muy confundida y no recordaba lo que había pasado. Notó que había tenido una relación íntima con un muchacho sin protección y sin su consentimiento. Decidió tomar la pastilla del día siguiente. Tiene un gran sentimiento de culpabilidad y depresión.
Sus padres, que están separados, no saben lo sucedido y piensan solamente que festejó su cumpleaños con sus amigos. Hay una gran miopía en la vida de estos chicos: Un “pre” en la casa con una gran cantidad de alcohol, identificación falsa desde los 15 años, asistía a antros siendo menor de edad, diferencia significativa de edad de sus amigos, exceso consumo de alcohol hasta vomitar y perder el conocimiento, un amigo la llevó a su casa, tiene relaciones íntimas sin su consentimiento y sin protección, tomar la pastilla del siguiente día y su estado emocional de abandono y depresión. ¿Cuántas cosas le sucedieron a la muchacha y cuántas cosas saben sus padres de lo que vivió y siente? Muchos padres han abandonado la vida de sus hijos y no tienen idea de lo que lo que hacen y cómo se sienten. Le pedí que abriera su corazón, les contara su historia a sus padres, pero tiene miedo de que no la escuchen, la juzguen y la desprecien.
¿Cuántos de nuestros hijos viven experiencias duras y los padres las ignoran? Nunca debemos dejar de comunicarnos, sin importar su edad, y estar al pendiente de a dónde van, con quién van, qué hacen y cómo regresan a casa. No sé si los padres realmente no saben lo que pasa con sus hijos o sencillamente no quieren enterarse para no sentirse malos padres.
Tenemos que ser centinelas que antes de llegar el peligro advierten a la aldea para que estén prevenidos y eviten su destrucción. Seamos centinelas de nuestros hijos y estemos alerta de las amenazas y los preparemos que las enfrenten con dignidad y valentía. Y no lamentarnos con las palabras: “Y si hubiera…”.
jesus.amaya@udem.edu