Pésima comparación
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Me siento rodeado de compatriotas que ven dos líneas paralelas y creen que conducen a donde mismo. Se equivocan gravemente cuando lo que están viendo son en realidad dos flechas que vuelan en sentido contrario.
No es poca la decepción cuando escucho a gente supuestamente educada a nivel universidad y supuestamente bien informada que asegura que en este momento López Obrador (AMLO), es para México lo que fue Donald Trump (DT) para los norteamericanos en la elección de 2016.
Es como comparar un círculo virtuoso y un círculo vicioso. Se parecen en que ambos son círculos, y que ambos contienen energías que los aceleran. Las estructuras son idénticas. Sólo que en un caso los resultados son deseables y en el otro indeseables.
DT aprende a construir rascacielos en Manhattan. Trabaja incansablemente y de millonario pasa a archimillonario. Su estilo de vida le genera muchos contactos en la ciudad de Nueva York y eso le ayuda a generar más y más negocios. Eso es un círculo virtuoso.
Por otro lado tenemos a AMLO: un estudiante pésimo. Luego un activista afrentoso que se logra colar al círculo cercano de Cuauhtémoc Cárdenas. Aprende las mañas de cómo vivir del gobierno. Se va haciendo más y más bueno para eso hasta que domina el arte de ganar sin trabajar.
Recibe como premio del sistema político mexicano un partido personal, para usar y abusar a su antojo. Estamos frente a un círculo vicioso que se acelara a sí mismo, pero no es un círculo de producción e innovación, sino de extracción de recursos. Es una vida improductiva, dependiente al extremo. Más como un parásito o un tumor, que se nutre del organismo al que acabará destruyendo.
Quienes dicen que AMLO con DT son parecidos abusan de la ignorancia de muchos mexicanos. Para nada reconocen lo que DT ha hecho en favor de los Estados Unidos.
Son logros más que impresionantes: En los primeros 16 meses de gobierno bajó impuestos y generó empleos en niveles record. Ha desburocratizado a diestra y siniestra, reformando leyes (como la bancaria, antier) y aboliendo reglamentos tontos. Empuja a sus subalternos hasta el límite en todos niveles. Está renegociando tratados para beneficio de Estados Unidos.
De nueva cuenta la flecha de DT va en sentido contrario a la flecha envenenada que ha lanzado AMLO. En el Proyecto de Nación, regalar dinero del gobierno se convierte en prioridad nacional. Luego usará recursos de supuestos ahorros “de la corrupción” para reinsertar al Gobierno como empresario. Propone dar reversa a las de por sí raquíticas reformas aprobadas en este sexenio. Cerrar fronteras, tirar más dinero en refinerías, en abortar el nuevo aeropuerto, etcétera.
La comparación de las carreras politicas es igual de equivocada. DT irrumpe a la política como un independiente entre tiburones republicanos a los cuales logra ganar la elección interna; y luego desafía a la señora Clinton, que todos creían amarrada y le arrebata la presidencia de los Estados Unidos. Ahora gobierna con todo el “establishment” político en su contra, incluidos muchos republicanos.
AMLO por su parte, no es un político independiente como DT. Al contrario, ha sido totalmente dependiente del sistema que regala subsidios a los partidos y a los políticos oportunistas, de los cuáles él es el campeón. Lo rodea mucho tipo inservible, mucha resoca de la producida por nuestro sistema político. Les podemos llamar agentes contaminantes, o lastres, o influencias nocivas. El caso es que no es gente productiva, sino de los que viven de los demás. AMLO multiplica las dependencias.
Comparar a AMLO con DT es un ejercicio inútil. No procede en ningún sentido. Un empresario contra un político desquehacerado, un capitalista contra un socialista pro cubano. Puede ser que ambos tengan esa capacidad para contagiar entusiasmo.
Ello habla mal de los electores que lo apoyan, porque podemos estar ciertos que los resultados se ubican en extremos opuestos, como dos flechas que vuelan en sentido contrario.
javierlivas@prodigy.net.mx