Pinturas como sello de amistad

El café Flor y Canela abrió sus puertas al arte el pasado jueves 11 de abril. Tras casi 17 años de vida el recinto ahora dio la oportunidad a la pintora Judith Fragoso de presentar parte de su obra en los muros del lugar, con lo cual ella también se estrenó como expositora.

Arquitecta de profesión pero pintora por afición la sabinense estuvo acompañada principalmente por sus amigos y amigas, algunas de las que aparecen retratadas en los cuadros de la exposición “Flores de abril”, además de los comensales asiduos.

“Toda la vida he pintado, de hecho de pintar fue de donde decidí que quería que mi carrera fuera arquitectura, porque era algo muy cercano pero que también me gustaba”, comentó para VANGUARDIA.

En la muestra, compuesta por diez piezas, Judith plasmó los rostros de diez de sus amigas, algunas habitantes de Saltillo y otras de su natal Sabinas, las cuales estarán montadas en el lugar por espacio de un mes.

“En realidad esta era una serie privada. Eran cuadros que de hecho se van a regalar, son para personas específicas cada cuadro, pero a la hora de estarlas terminando empezaron a hablar de la serie y la dueña de Flor y Canela me los pidió y me dijo que si las podíamos exponer”, dijo.

Esto, agregó, llevó a que la exhibición tuviera que montarse en un corto periodo de tiempo, pero afortunadamente contó con la ayuda de amigos, algunos de los cuales sí tienen conocimientos profesionales de arte que la apoyaron en la museografía y otros detalles.

“Es mi primera exposición y yo no estudié artes. Sé de arte, por lo mismo de la arquitectura, pero no es lo mismo, entonces la museografía y todo lo que conlleva el montaje no lo sabía y por eso estoy tan agradecida con las personas que me ayudaron. Porque coincidentemente salieron muchas personas que sí estudiaron artes y sí saben de esto y todas se ofrecieron a ayudarme”, agregó entre risas.

Los retratos están construidos estilísticamente alrededor del art nouveau, una de las corrientes que más le atraen, pintados en óleo y con una paleta de color característica y contrastante en cada uno.

“El primer cuadro lo empecé hace dos años”, contó, “en ese tiempo estaba haciendo mi tesis y había cuadros que tanto por eso como por cuestiones personales me llegaba la emoción de ¿para qué hacerlo? Y hubo cuadros que me tardé tres meses en acabarlos y otros sólo un día”.

“El acrílico me gusta mucho porque tiene un sentimiento más rápido, lo tienes que trabajar más rápido y es tan cambiante del húmedo al seco que tienes que entenderlo. Y es muy vivo al final”, agregó.

Tal aproximación al art nouveau en los márgenes de los cuadros cuenta que empezó más como una casualidad, pero al final decidió que fuera un punto en común entre todas las piezas.

“Cuando empecé los primeros dos no era a propósito hacer la serie sobre art nouveau. Se fue dando ese estilo, porque es un estilo que a mí me gusta bastante”, dijo.

Respecto a que Flor y Canela le diera la oportunidad de exponer su obras expresó que “sería bueno, un parteaguas para decir que hay espacio, la publicidad y las ganas de seguir con esto y pues hay que seguirle”, concluyó.