Pocas son ya las artesanías de la Feria Saltillo

Cinco son los puestos de artesanías que puede uno encontrar en la Feria de Saltillo, entre el mar de camisetas, tatuajes temporales, fotografías de época, y puestos de fruta con chile y antojitos mexicanos. Los más longevos en el negocio aseguran que la situación se pone difícil, pues los precios de renta del espacio aumentan mucho cada año.

Don Epigmenio Cortés Escobedo, de Michoacán, a sus casi 80 años ya sólo trabaja en las ferias de Saltillo y Nuevo Laredo, aunque en sus mejores tiempos (8 años atrás) solía recorrer casi toda la República Mexicana. La falta de personal ha provocado que tenga que reducir el alcance de su negocio.

Su mercancía la adquiere del Estado de México, Michoacán, Nuevo León, Aguascalientes, entre otros y menciona que el venir a Saltillo y el trabajar asimismo en Nuevo Laredo lo hace más como distracción, pues sus hijos ya viven con sus familias, pero que “si no veo que le saco billete, no vuelvo”. Hace 25 años que comenzó a acudir a la Feria cuando pagaba mil 500 pesos por cada local. Ahora, dicha tarifa supera los 15 mil.  

Otro puesto ofrece artesanías de barro hechas por los alfareros de Aquixtla, Puebla. Entre sus mercancías están las populares cazuelas, vajillas, ollas, y los perros de yeso. 

Oscar Cortés, pariente de don Epgimenio, se encuentra en Saltillo junto con su familia con un pequeño espacio que ofrece la misma amplia variedad de productos del sur del país. 

Elvia Martínez y su esposo tienen un taller de carpintería en Michoacán, los muebles que ahí producen los llevan a varias ferias del país, incluyendo la de aquí. Actualmente cuentan en su mayoría con comedores. Doña Elvia menciona que ya tienen clientes asiduos, que van exclusivamente a buscar sus productos, aunque, por supuesto, también venden a los paseantes.

Por último, Gerardo Pedraza Medrano, quien viene de Aguscalientes, vende litografías con imágenes religiosas colocadas en marcos tallados en madera por manos hidrocálidas. 

Un elemento que todos mencionaron fue que las ferias que se realizan en el norte del país suelen ser las que más ingresos les proveen, con la excepción de Don Epigmenio.